Unión comenzó el campeonato con una resonante victoria ante Racing en el Cilindro de Avellaneda y, quizás, se pudo pensar que la historia cambiaría con respecto al torneo pasado. Cambiar la historia en estos momentos significa, para el hincha rojiblanco, dejar de sufrir. Para dejar de sufrir el equipo tiene que ganar. Para ganar tiene que hacer goles. Para hacer goles hay que generar situaciones. Para generar situaciones hay que tratar al menos de tener creatividad y juego asociado. Para eso, los jugadores deben interpretar el libreto y el técnico tiene como misión ordenar las piezas en el campo.
Ahora, después de cuatro fechas, las preguntas valen. ¿Lo de Avellaneda fue un espejismo? ¿Unión es más de lo mismo que se vio el año pasado? ¿Algunas de las premisas enunciadas en el párrafo anterior se cumplen en este equipo o plantel?
Newell´s le dio una cachetada fuerte el viernes en Santa Fe. El equipo rosarino se paseó por el 15 de Abril y el público Tatengue comenzó a ver que aquella ilusión inicial puede ser otra vez una pesadilla si la cosa no mejora.
Lo interesante puede ser realizar un análisis y algunas comparaciones sobre este plantel que se terminó de armar hace algunas horas. El equipo titular del viernes ante el rojinegro rosarino tuvo 6 titulares que ya jugaban el torneo pasado (Vera, Paz, Corvalán, Roldán, Luna Diale y Morales). Ese equipo además presentó otros dos titulares que el torneo pasado eran suplentes (Campisi y Pardo). Los titulares incluyeron tres refuerzos conocidos (Bruno y Mauro Pittón y Gamba). ¿Cambió para mejor con respecto a la Copa de la Liga pasada? El resultado final y los puntos obtenidos en la tabla nos dan una respuesta.
Entonces ahí podemos seguir con otras preguntas. ¿Cómo fue el mercado de pases de Unión? ¿Qué análisis se hizo para reforzar algunos puestos solamente y otros no? ¿Qué se buscó en cuanto a la calidad de los futbolistas que se trajeron? Nadie discute lo que significan para el hincha algunos nombres que llegaron y que pueden ser titulares en cualquier equipo de primera. Pero el Tatengue se quedó esperando algo más… ese algo más es el famoso salto de calidad que debe darse para tener aspiraciones importantes.
Unión lleva una sequía de goles típica de aquellos equipos que pelean el descenso. Es lo mismo que pasó en el torneo pasado. En cuatro partidos, ninguno de los delanteros la embocó. Es decir que ese problema no se resolvió. A Unión le cuesta generar situaciones para poner de cara al arco a sus propios atacantes. Un problema que ya se vio, al cual tampoco se le dio solución. Ganó 12 partidos de los últimos 60 que jugó: apenas el 20 por ciento. Poco. Demasiado poco como para pensar en grande. Con esos números, cualquier equipo lo único que hace es mirar la tabla en la parte inferior.
En las cuatro fechas jugadas el equipo se fue desinflando. De una actuación convincente ante Racing pasó a las dudas frente a Estudiantes, a la floja performance ante San Lorenzo y la olvidable presentación contra Newell’s. No supo cómo cortar los circuitos de un equipo que tuvo toque, circulación, desmarque y gol. Y el hincha se fue con la cabeza gacha y la preocupación a flor de piel. No es para menos. Todo puede cambiar, porque el año recién empieza y esto es fútbol, pero por ahora piensa que su Unión cambió muy poco, para que nada cambie…
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