Por Darío Fiori
Tremendo esfuerzo el que hizo Unión. Mereció más que un empate. El Tate jugó con pasión y determinación, mostrando un fuerte sentido de orgullo y autoestima. Cometió un solo error en su área en una jugada, pero en términos generales, más allá de esa jugada, no pasó sobresaltos en el bloque. Eso si, lo que tiene que tratar de mejorar Unión es la falta de peso ofensivo para asegurar los tres puntos. A pesar de haber dominado posicionalmente y presionado a San Lorenzo, da la sensación de que siempre «5 para el peso». Le falta eficacia en ataque para convertir su dominio en una victoria.
Luego de lo que fue la victoria ante Estudiantes, finalmente el Kily González pudo repetir el equipo. A pesar de que el mercado de pases no trajo noticias significativas hasta el momento del cierre para fichar jugadores, no realizó cambios dentro del equipo y continuó confiando en los mismos once que lograron la histórica victoria en La Plata. Operó a bordo del 5-3-2 que ha sido el ADN que el entrenador estuvo trabajando desde que asumió el cargo, caracterizado por una intensa presión en la mitad de la cancha, priorizando la tenencia de la pelota y una gran libertad para los laterales, con Zenón en el costado izquierdo y Vera en el ala derecha.
Por otro lado, CASLA, dejó atrás la clasificación a los cuartos de final de la Copa Argentina. El equipo necesitaba una victoria para mantenerse en los primeros lugares de la tabla y asegurar un lugar entre los cuatro mejores de la zona B. Sin embargo, tuvo que lidiar con la ausencia del Perrito Barrios, quien no pudo complementar el partido anterior debido a una lesión en el isquiotibial derecho. Como resultado, el entrenador Gallego optó por darle una nueva oportunidad a Iván Leguizamón, quien había perdido su lugar en el once titular en favor de Federico Girotti.
A pesar de las dudas sobre la disponibilidad de Adam Barreiro, quien no había entrenado al mismo ritmo que el resto del equipo durante la práctica del sábado, finalmente fue titular a bordo del 3-4-2-1. La idea principal era asegurar el control de la mitad de la cancha, con Elías y Maroni. Tanto los laterales como los mediocampistas tenían la capacidad de cruzar la línea del centro del campo y proporcionar opciones de ataque.
Rubén Darío Insua llegó a San Lorenzo con la misión de rescatar al equipo de una crisis demasiado profunda, sabiendo de antemano que no tendría las herramientas para lograr una rápida transformación. Por ello, comenzó a dirigir a su manera, y ya empezó a meter mano en el plano futbolístico, algo que por ahora parece estar dando sus frutos. Al principio, lanzó el mensaje de un estilo de juego acorde a este magro momento. Línea de 5 defensores que parece inamovible, con tres centrales pero con mediocampistas ofensivos a los costados. Este esquema le dio confianza y seguridad a este Ciclón, por eso es el equipo que menos goles recibió con 16.
Ese carácter que parece tener el equipo es el mismo que muestra el DT en el exterior. La frases «no se casa con nadie» y «juegue quien esté mejor» parecen sentarle como anillo al dedo. Así quedó demostrado, por ejemplo, con la alternancia entre Torrico y Batalla o las novedades de Martegani y Fernández Mercau. Por si fuera poco, promocionó a jugadores jóvenes que entrenaban con el primer equipo pero que no tenían las oportunidades que tienen hoy. Y no sólo eso, sino que cada vez que parecía haber un conflicto con jugadores que querían ser vendidos, Gallego no les hacía jugar y añadía a esa decisión su comunicado exponiendo el problema. Como para que la hinchada entendiera lo que ocurre en el día a día. Pero el estilo de juego que llevó a cabo en el 15 de Abril abrió el debate por su estilo conservador y su reticencia a mostrar un fútbol más espectacular. A pesar de que el club tiene el quinto mayor presupuesto de Argentina y socios de calidad, la percepción general es que su juego es más pragmático que brillante. Pese a contar con jugadores de gran talento y un presupuesto considerable, es un equipo que prioriza la solidez detrás del balón en lugar de ser un conjunto ofensivo. En el mundo del fútbol se le ha tachado de «amarrete», lo que da la sensación de que el equipo podría jugar un fútbol más vistoso y ofensivo, aprovechando su talento y sus recursos. El Ciclón se encuentra en un dilema: ¿debe sacrificar su solidez defensiva en busca de un juego más atractivo y ofensivo?
En ese primer tiempo, las estadísticas de la televisión indicaron que Unión tuvo el 67% de la posesión de la pelota y realizó 11 tiros al arco, pero lamentablemente solo uno de esos puso a Augusto Batalla a prueba. Tuvo dificultades para traducir el dominio de la pelota en situaciones de gol. El partido se asemejó mucho al que ocurrió hace una semana en La Plata. Como bien mencionamos anteriormente, el objetivo primario era controlar la mitad de la cancha con Elías y Maroni. Los laterales y los volantes tenían la capacidad de cruzar la línea de campo y proporcionar opciones de ataque. Sin embargo, nada de eso ocurrió. El conjunto del Gallego Insúa se centró principalmente en defender con una gran cantidad de jugadores detrás de la línea de la pelota. El problema de Unión radicó en que chocó con su falta de impericia y sus limitaciones. En estas tres jornadas de la Copa de la Liga, se repitió una constante y es que le llegan muy pocas veces, pero cada vez que lo hacen, tienen que sacar del medio. Repasemos: Baltasar Rodríguez (Racing), Manyoma (Estudiantes) y Barreiro el día de hoy.
El gol de Bareiro llegó en un momento en el que CASLA cruzó por primera vez la mitad de la cancha. Esto habla de la jerarquía que posee el elenco de Boedo, que no luce, que no desplega un futbol champagne, pero hace lo que tiene que hacer. Defender y capitalizar las chances que tiene. Bareiro giró de espalda, en inferioridad numérica, finalizando al primer palo. Unión protestó por una falta de Maroni sobre Vera al comienzo de la jugada. Después del 0-1, Unión sintió el impacto y cometió errores en la salida, revelando su fragilidad defensiva, a pesar de haber mantenido el arco en cero durante varios partidos, precisamente en la recta final de la Liga Profesional. A su juego lo llamaron y San Lorenzo aprovechó los errores de su rival. En esa primera etapa, Unión equivocó la forma de atacar y penetrar la sólida defensa de San Lorenzo. Se repitió en centros desde los costados, pero siempre se encontró con una firme actuación de la defensa central o las seguras salidas de Batalla. Cuando entendió que el juego estaba por dentro, generó la situación más clara de todo la primera etapa.
Domina realizó una gran jugada, buscando un pase diagonal, se perfiló hacia la derecha y su disparo fue desviado por un defensor visitante y Batalla tuvo que despejarla al córner. San Lorenzo debía mejorar su organización en el sector central, ya que perdió siempre en el sector derecho, sin el retroceso de Girotti. Luna Diale logró superar siempre a Elías y Giay, lo que resultó en una pérdida de marca en ese sector.
En el complemento, se repitió la misma fórmula del primer tiempo. El Tate superaba a un San Lorenzo que resignaba toda chance de jugar y se refugiaba en su lado del campo. Unión hacía todo mucho más lento, sin cambios de ritmo ni sorpresas. Careció de un jugador desequilibrante para romper la monotonía como lo era Imanol Machuca. Al mediocampo del Tate le faltaba un jugador que para rompa líneas y posicione mano a mano al Toro Morales, como lo hizo Mosquiera cuando el partido promediaba el minuto 31 del segundo tiempo. A medida que avanzaban los minutos, otro obstáculo era el reloj. Se iba dando cuenta que no le podía entrar a ningún lado a San Lorenzo. Había caído en la trampa del Ciclón. Hubo un pasaje del partido en el que sobraba un defensor, y le faltaba un volante o alguien de mayor peso arriba.
El conjunto rojiblanco no tenía un volante resolutivo, es decir, un jugador capaz de tomar decisiones en situaciones claves del juego. Le faltaba mayor presencia ofensiva, por eso, el Kily rompió la línea de 5 para pasar a jugar un 4-3-3 con Vera, Calderón, Corvalán y Zenón; Roldán, Mosqueira y Luna Diale, y arriba los dos «9», Domina, Morales y el refuerzo estelar, Nicolas Orsini. En ese entonces, Insúa sacrificó a un delantero como Maroni, que no tuvo un buen partido para poner un volante como Iván Leguizamón. Modificó el sistema táctico a un 5-4-1 ocupando los espacios.
De tanto insistir, Gonzalo Morales recibió un centro desde la izquierda y de volea con la zurda puso la pelota contra el palo izquierdo del arco defendido por Augusto Batalla. Segundos después de la igualdad en el marcador, Roca Sánchez se fue expulsado tras derribarlo con falta a Luna Diale, uno de los jugadores más claros que tuvo Unión en la conducción de la pelota. Previo a esa jugada, Tanda y Banega entraron a oxigenar el sector central. Lo tuvo para ganar con un tiro libre de Zenón, que ejecutó con la pierna derecha, voló al palo derecho de Augusto Batallia. A los 39′, Zenón entró con pelota dominada, la jugada se ensució, le quedó a Dómina de zurda y el balón se fue cerca del palo derecho de Batalla. Sobre el final, se fue expulsado Barreiro, lo que terminó San Lorenzo terminó jugando con 9 los minutos finales.
Jorge Baliño le bajó la persiana y decretó el final del partido. Unión hizo el esfuerzo necesario para lograr los tres puntos. A pesar de que el marcador final fue un empate, se destaca como aspecto positivo el hecho de que, por tercera vez consecutiva, Unión comenzó el partido en desventaja y logró revertir la situación. Este equipo, a pesar de sus limitaciones evidentes, destaca por su determinación, carácter y pasión en el campo de juego. En situaciones en las que el juego no fluye de manera fluida, estas cualidades emergen como recursos que compensan las carencias técnicas y permiten mantener una racha invicta que ya se extiende por ocho partidos.
Bajo la lupa
En la antesala del partido de hoy, Moyano (5,5) recibió con orgullo la plaqueta conmemorativa por haber alcanzado la impresionante cifra de 100 partidos defendiendo los colores de la institución de la Avenida López y Planes. Durante la semana previa al partido, su participación estuvo en duda debido a que enfrentó un cuadro gripal que generó preocupación entre los hinchas y el cuerpo técnico. Tuvo la responsabilidad en el gol de Barreiro. El disparo del talentoso paraguayo encontró su camino al primer palo, y aunque hizo todo lo posible por evitarlo, no siempre se pueden evitar esas situaciones. Cerca del epílogo final, quedó mano a mano con Leguizamón y tapó yendo abajo de manera espectacular lo que hubiese sido una derrota injusta.
El primer tiempo de Federico Vera (5) fue de lo más flojos desde su debut que fue con el Vasco Azconzabal como entrenador rojiblanco. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos, tuvo enorme dificultades en la salida y no logró destacar en ataque. Le volvió a suceder lo mismo que en el partido ante Lanús. El primer gol de San Lorenzo se produjo en un momento en el que no estaba cubriendo adecuadamente su sector. Todo San Lorenzo reclamó un penal por una mano, pero Baliño no lo consideró como tal y no consultó al VAR. Mejoró muchísimo en el complemento, siendo el jugador que más balones recuperó y que mas duelos ganó en el campo. El aspecto que tendrá que mejorar de cara a futuro son los centros precisos, ya que siempre intentó centrar pero no encontró un buen destinatario. Generó la expulsión en el final de Adam Barreiro.
Durante el primer tiempo, se pudo notar que la pelota pasó con frecuencia por los pies de Paz (5,5) lo cual no resultó ser un buen síntoma, dado que su rol principal no es el de generar juego, ya que tiene ciertas limitaciones para administrar la pelota de manera eficiente. Adoleció de precisión y dirección, ya que se aventuró hacia el área rival con remates de larga distancia. Se observó algunos errores en su salida con el balón en los pies, lo que generó cierta inquietud en la fase de construcción del equipo. Estos errores en la distribución del balón pueden ser objeto de trabajo en los entrenamientos para que pueda desempeñar un papel más efectivo en la transición desde la defensa hacia el mediocampo.
Para el joven chaqueño de 23 años, el partido de Calderón (5.5) tuvo buenas y malas. Compartió la responsabilidad en el gol de San Lorenzo al no poder neutralizar a Adam Barreiro. Demostró firmeza en situaciones de mano a mano. En cuanto al juego aéreo, no estuvo tan sólido como se esperaba. A pesar de no haber podido quitarle el balón a Adam Barreiro en ciertas ocasiones, Claudio Corvalán (6) tuvo una actuación más consistente en el partido. En el segundo tiempo, se destacó como una opción de pase constante y fue fundamental para el dominio de su equipo en la parte final del juego, aunque le faltó el toque final en ocasiones. En defensa, demostró solidez en el mano a mano y realizó cierres imponentes que ayudaron a mantener a raya a los delanteros rivales. Además, destacó por su capacidad para recuperar numerosas pelotas, lo que contribuyó a la posesión del equipo. Intentó aportar en el ataque con un remate cruzado desde fuera del área, que lamentablemente rozó el palo derecho del arco defendido por Batalla. En general, su desempeño mostró más aciertos que desaciertos, lo que indica que es un jugador valioso para el equipo en ambas fases del juego.
Hace unos días, Zenón (7) fue convocado por parte de Javier Mascherano para la Selección Argentina Sub 23, y su actuación en este partido demostró por que es una pieza fundamental en el esquema de cinco defensores. Desempeñándose como lateral volante, tiene la capacidad para ser versátil. No todo fue perfecto, ya que en algunos momentos falló en la toma de decisiones. Ejecutó un tiro libre cerca de la puerta del área, Batalla voló cerca del palo derecho. Entró con pelota dominada, y asistió a Dómina.
Como interno por la derecha, Roldán (4) mantuvo su característica movilidad para pedir la pelota y distribuirla hacia los costados y hacia atrás. Retrocedió con frecuencia para brindar una opción de salida desde el mediocampo. Hubo momentos en el primer tiempo en los que se posicionó entre los marcadores centrales, adoptando un rol de tercer zaguero central en ciertas fases del juego. Careció de mayor profundidad a la hora de entrar en el área rival con criterio. No logró generar peligro. Intentó un buscapié que no pudo conectar Dómina. También proporcionó un pase entre líneas para Morales, pero el control del delantero fue largo y quedó en posición adelantada. Otra vez quiere controlar una pelota en salida con Braida y derivó en el 0-1. Buen partido de Mosqueira (6), en este caso no tuvo problemas en la marca. Mucho compromiso defensivo. Quizás, le faltó romper líneas en un momento donde el Tate tenía la pelota, pero no encontraba los espacios para encontrar el hueco que pudiese lastimar a San Lorenzo. Inició la jugada para que el Tate pueda rescatar un punto como local.
Luna Diale (6,5) alcanzó la marca de los 100 partidos con la camiseta rojiblanca, un logro que merece ser destacado. Ocupó un rol importante al coparle la mitad de la cancha y el espacio. Dificultó las soluciones de San Lorenzo. Le ganó siempre la espalda a Jalil Elías. Además del aporte en la posesión, es un jugador que siempre da una mano en el retroceso. Su disposición para ayudar en todas las facetas del juego se refleja en las estadísticas, siendo el jugador que más faltas reciibió en el partido con seis y el que más duelos ganó. Su implicación en el juego también provocó la expulsión de La Roca Sánchez cuando ambos disputaron un balón.
En conferencia de prensa, Dómina (6,5) reconoció que anda salado en cuanto a la definición. Reconoció que tiene que tomarse un tiempo para la definición. Sin embargo, en el partido se lo vio como un jugador capaz de generar situaciones por sí mismas. Tuvo una oportunidad clara en el primer tiempo, donde buscó una diagonal, se perfiló para disparar a la derecha, el balón rebotó en un defensor visitante y Batalla logró despejar al córner. Es picante, con potencia y gambeta, lo que lo hace una amenaza en el frente de ataque. Sin embargo, se resalta la necesidad de mantener la calma y la precisión en la definición, especialmente teniendo en cuenta su juventud. Con solo 17 años, tiene un potencial significativo, y con el tiempo y la experiencia, seguramente seguirá desarrollándose como delantero.
Arriba, el Toro Morales (7). Una capacidad goleadora que hacia rato no se veía en la avenida López y Planes. Una lectura y olfato para ir a buscar, esta vez convirtió un despeje de cabeza en una jugada de Gol, media vuelta, volea y a cobrar. 4 goles en 3 partidos. Tiene sentido de pertenencia
Los que ingresaron: El debut esperado de Orsini (5). Se ubicó entre los centrales, pero no tuvo ninguna situación para convertir. Tanda (-) y Banega ingresaron a oxigenar la mitad de la cancha. Por último Júarez (-) ingresó durante el tiempo adicional del partido y tuvo una ocasión destacada con un cabezazo que fue atajado por Batalla. Aunque su tiempo en el campo fue breve, demostró determinación y habilidad para buscar oportunidades de gol, lo que es un aspecto positivo para un jugador en su situación.
Cristian González DT (6): Unión buscó constantemente, pero se encontró con un San Lorenzo golpeó de entrada y luego se replegó. El equipo tatengue, en un intento agresivo, puso a prueba tanto a Augusto Batalla como a la defensa rival, y finalmente igualó el marcador gracias a su máximo goleador. A pesar de que la visita terminó con solo 9 jugadores en el campo, el empate deja un regusto de insatisfacción. Cuando lo ameritaba, rompió la línea de 5 defensores y empató debido a su perseverancia.
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