Minutos después de la heroica clasificación de Boca a las semifinales de la Copa Argentina, dejando en el camino a Gimnasia de La Plata desde los doce pasos, con un Leandro Brey determinante (atajó cuatro de los cinco penales), Newell’s sacó un breve comunicado en sus redes sociales asegurando que la Copa Argentina se hará cargo de la reparación de los daños registrados en el Coloso del Parque.
«Ante los incidentes ocurridos entre las hinchadas de Boca Juniors y Gimnasia y Esgrima de La Plata, el Club Atlético Newell’s Old Boys desea llevar tranquilidad a socios y simpatizantes acerca de la reparación de los daños registrados en el Coloso del Parque, que serán íntegramente afrontados por la organización de la Copa Argentina, luego de la correspondiente constatación, posterior al partido, del estado final de las tribunas y otros espacios», fue el breve comunicado que emitió la entidad rosarina, ya en la madrugada del jueves 24 de octubre.
Cómo fueron los incidentes entre los hinchas de Boca y Gimnasia
Apenas los equipos salieron a la cancha, comenzaron los disturbios entre las hinchadas, con la gente de Gimnasia en la cabecera visitante y los de Boca en la platea este alta. El desenlace se tornó cada vez más grave cuando algunos que se autodenominaban hinchas de Boca comenzaron a lanzar butacas hacia la popular donde se encontraban los simpatizantes de Gimnasia. La Policía de Rosario tuvo que intervenir, utilizando gases lacrimógenos y disparando balas de goma para controlar la situación.
Mientras tanto, los jugadores de ambos equipos se acercaron a la platea para pedir a los policías que detuvieran los disparos. Después, los xeneizes también rogaron a la gente de La 12 que se quedara dónde estaba, tratando de evitar que cruzaran al sector donde se producía el descontrol. Incluso se vio a Juan Román Riquelme, el presidente de Boca, intentando frenar a los hinchas para que no continuaran la pelea. Lo mismo hicieron Marcelo Delgado, Mauricio Serna y Raúl Cascini.
La intervención del Consejo de Fútbol fue clave para que la situación no se desbordara aún más. Cuando la barrabrava del Xeneize observó la presencia de Riquelme junto a Serna, Cascini y Delgado en el pulmón, donde los policías lanzaban gas pimienta y disparaban balas de goma, comenzaron a retroceder y a calmar un poco las aguas. Sin embargo, para ese momento, los de La 12, la barra de Boca, habían dejado su lugar en la popular y forzado un portón para meterse en la platea, buscando copar todo. Los del Lobo, que fueron los primeros en recibir las agresiones, también se metieron en un espacio prohibido y enfrentaron la represión policial.
Entonces, los del Lobo quisieron romper un acceso para responder a esas agresiones, pero un cordón policial comenzó a disparar, lo que provocó la reacción de los jugadores de ambos equipos, que ya estaban al borde de la platea reclamando por lo que estaban haciendo los efectivos. Los futbolistas de Gimnasia empezaron a repartir botellas de agua, mientras que Marcos Rojo y Luis Advíncula se colgaron del alambrado intentando frenar a la barra de Boca para que no derribaran el portón y se metieran en el conflicto. Pero no lo lograron. Después de casi 25 minutos, el presidente ídolo logró abrirse camino entre la gente para regresar a su lugar en un palco de la platea. Y la verdad, todo continuó como si nada. Fue, una vez más, el famoso «Todo Pasa» y el «show debe continuar».
El antecedente entre Colón y GELP por el desempate
Como era de esperar, el partido final por el descenso entre Colón y Gimnasia, jugado en el Coloso del Parque, terminó en incidentes, y así fue. Hubo violencia antes del partido, pero sobre todo después, con los hinchas del equipo que perdió la categoría, el sabalero, aunque también hubo vandalismos del lado de los simpatizantes triperos. Con tanta angustia en juego, era previsible que terminara así.
Antes del encuentro, ya hubo lío, especialmente con los hinchas de Colón. Parte de la barra sabalera fue reprimida en el sector del Palomar y no pudo entrar al Coloso. Del lado de los hinchas del Lobo, que entraban por el hipódromo, también se registraron actos vandálicos, como los que afectaron a la Fuente de los Españoles, que quedó bastante dañada. El final que dolió a los de Colón trajo más problemas.
Los primeros incidentes ocurrieron dentro del Coloso, en los palcos—que fueron inaugurados el año pasado —y en las plateas que dan al museo. Allí se enfrentaron hinchas de Colón, aparentemente porque había jugadores o gente de la comisión directiva sabalera en el lugar. Algunos hinchas se las agarraron con ellos, y volaron varias butacas rotas. Las de los palcos eran todas nuevas.
Pero los ánimos no se calmaron afuera, donde algunos hinchas y la policía montada se enfrentaron, lo que provocó que muchos salieran corriendo. Aunque fue un momento de tensión, no se informaron más daños. Hubo vallas caídas y piedrazos, pero no se dieron detalles sobre si hubo heridos. Una vez pasada esta jornada, se suponía que Colón debía hacerse cargo de todos los destrozos en el estadio de Newell’s. Sin embargo, según lo que dijeron desde la dirigencia leprosa, fue la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), organizadora del evento, la que puso los fondos, ya que fue ella quien eligió el estadio.
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