El Merengue derrotó a Athletic de Bilbao por 2 a 0 y conquistó el título que se disputó en Arabia Saudita.
Excepto por un apremio sobre el final del encuentro, lógico por las necesidades del rival, Real Madrid se impuso a Athletic de Bilbao en la final de la Supercopa de España casi sin despeinarse. En cada compromiso decisivo, el Merengue demuestra su jerarquía que no siempre se exhibe en el desarrollo, pero sí en el resultado lo que, en definitiva, importa.
Y tales demostraciones son impulsadas, principalmente, por quienes ya conocen el paño Merengue desde hace años. Uno de ellos, Luka Modric, quien abrió el marcador a los 38′ del primer tiempo con un gran derechazo que concluyó un buen arresto individual de Rodrygo.
El otro, Karim Benzema. El francés, en un estado de forma espectacular desde hace tiempo, cerró la cuenta con una precisa ejecución de penal que hizo inertes los esfuerzos de Unai Simón.
Las cosas se podrían haber complicado para el Real Madrid sobre el cierre del compromiso. A falta de dos minutos, Athletic de Bilbao tuvo un penal a su favor luego de una mano de Militao. Pero allí apareció, quizá, el mejor arquero de la actualidad: Courtois, con su pie, evitó el descuento de Raúl García y aseguró el título Merengue.
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