Por Darío Fiori
Siempre es crucial considerar el contexto de cualquier análisis. Si se analiza el vaso medio lleno, hoy Unión se enfrentó a un equipo que, en cuanto a la LPF, la Sudamericana, sufrió una única derrota en el Coloso en 19 encuentros, que tuvo lugar ante River 1-0, marcado por un error de Lucas Hoyos. En los demás partidos disputados en el Marcelo Bielsa, el equipo sumó 10 victorias y 8 empates. Además, en la fase de grupos de la Copa Sudamericana, Newells logró ganar los cinco primeros partidos, un hito histórico para el elenco rosarino, en competencias internacionales, y solo empataron uno con Audax Italiano. También marcó su primer gol y obtuvo su primera victoria oficial en Brasil.
La derrota contra Claypole en los 32vos de final de la Copa Argentina fue el punto negativo en el ciclo del Gringo Heinze en Newell’s. Esto no solo se debió a que perdió por primera vez contra un equipo del cuarto nivel del fútbol argentino, sino también porque desperdició una oportunidad temprana de clasificar a la Copa Libertadores con solo seis partidos jugados. Las actuaciones fuera del Coloso fue un problema recurrente para el Gringo Heinze, ya que solo logró dos victorias en 15 partidos en el ámbito doméstico contra equipos argentinos. En contraste, en competencias internacionales, obtuvo 9 puntos de 12 posibles como visitante, con tres victorias y una derrota.
Para Unión, la Copa de la Liga tiene que ser un trampolín para algo positivo. Los resultados generan expectativas. Su formato particular, con grupos y menos partidos, parece adaptarse bien a sus objetivos, aunque no deben perder de vista el objetivo principal de mantenerse en la categoría. Hasta este punto, el equipo construyó un invicto sólido, con dos empates y una victoria (antes de este partido). Esto sienta las bases para que Unión pueda ser uno de los protagonistas en la segunda mitad de la competición.
Sin embargo, el vaso vacío es la cantidad de empates que acumula Unión (15 de 31) lo perjudica en la tabla por la lucha por no descender. Anteriormente, cuando se aplicaba la regla de dos puntos por partido, esto podría considerarse aceptable, pero con la regla de tres puntos, los números no cuadran, y la campaña se considera discreta, a pesar de haber perdido solo un partido de los últimos quince.
Lo mejor que le pudo pasar a Unión en estos primeros 45 iniciales es que se termine el primer tiempo. El último cuarto de hora fue una floja producción futbolística del equipo del Kily González. Moyano comenzó a ser determinante para que el Tate sostenga el arco en cero esa primera etapa. Junto con el despliegue de Zenón, y algunos cierres de Paz, era lo mejor del elenco santafesino. Había sido interesante como Unión salió a disputarle el terreno a Newells, eligiendo el sector izquierdo para atacar. Pero duró lo que dura una botella de champagne. Las pocas veces que Newells no tuvo la pelota, presionó muy alto a los defensores rojiblancos y rápidamente recuperaba el balón. El inicio era intenso, de ida y vuelta, donde hacía presagiar que el partido iba a ser vibrante hasta el final de la película. Con un Jerónimo Dómina que estaba al acecho de una posible equivocación de Gustavo Velázquez, lo ha presionado varias veces por detrás y lo superó en velocidad. Inició muy participativo, muy activo en el ataque rojiblanco.
Cuando Newells atacó, buscó profundidad y se esforzó por abrir el juego con sus extremos. Era un llamado de atención para Zenón, a quien Méndez, en algunos pasajes del primer tiempo lo superó en la marca. Llegó a ejecutar un centro y Vera cubrió, despejando cualquier tipo de problemas. En ese 4-3-3, los tres volantes (Aguirre-Gómez y Sforza) tienen un papel crucial en la recuperación de la pelota. Los equipos de Heinze se caracterizan en la intensidad defensiva de su equipo, lo que significa que los volantes trabajen duramente para robar pelotas y evitar que Unión genere situaciones netas de gol. Como era de imaginar en la previa, le dio su impronta al juego de posesión, buscando controlar la pelota y construir jugadas desde atrás con la idea de mover el balón con paciencia para abrir espacios. Por el lado de Unión, el esquema táctico fue muy flexible. Si bien comenzó con una línea de tres, cuando debía avanzar, en el retroceso se convirtió en una esepcie de 5-2-3, con Banega y Mosquiera en la mitad de la cancha. Un poco mas adelante Luna Diale, Morales como centrodelantero y Dómina como wing izquierdo.
Reitero el concepto. Cuando Unión juega de visitante, generalmente apuesta por los contraataques para ser letales aprovechando los espacios a su favor. El Tate estaba cerca de capitalizar algún error en la salida de Newell’s, que buscó lateralizar, pero se encontró con algún pase interceptado por Morales o Domina. Unión comenzó a tener problemas por las bandas. En primer lugar había sido la izquierda. Heinze detectó que en todo momento Zenón buscaba lanzarse al ataque, lo que posicionó a Aguirre y a Méndez proponerle el duelo, lo que obligaba a Corvalán salir a interceptar, como en la jugada que Recale recibió dentro del área y disparó, pero Paz se interpuso y envió la pelota al córner.
El partido, que había comenzado con impetuosidad, intensidad y la vorágine de ir hacia adelante, fue disminuyendo a medida que pasaban los minutos. Mucho roce físico de ambos equipos y el ritmo de juego había mermado. Era interesante observar cómo los volantes rojinegros buscan constantemente desmarcarse frente a los mediocampistas centrales del Tate. Por momentos, Sforza y Sordo asumieron el papel de volantes centrales. Fue evidente que el recurso del pelotazo largo como salida no estaba siendo efectivo, ya que el dueño de casa logró ganar siempre las segundas jugadas. Lamentablemente, se vio muy poco de Luna Diale, a pesar de que es el encargado de generar juego por el sector izquierdo. Su participación para equilibrar el ataque rojiblanco fue nulo.
Cerca de la media hora de juego, Moyano tuvo que ser llamado a intervenir. Aguirre ingresó al área y realizó un potente remate con su pierna derecha, pero el arquero Tatengue logró tapar la ocasión de gol más clara que había tenido el equipo local hasta ese momento. Respondiendo al ataque, el Tate intentó con un pelotazo largo de Zenón que presionó Dómina a Ortíz. Este último recuperó el balón cerca del área de Newell’s y ejecutó un disparo de zurda cruzado, pero Hoyos se mantuvo firme y logró detener el tiro en dos tiempos.
Como mencionamos anteriormente, Moyano estaba empezando a convertirse en un factor determinante para mantener el marcador en cero. Junto con Zenón y algunas intervenciones clave de Paz, habían sido los puntos más destacados en el desempeño del equipo santafesino hasta el momento. Martino remató desde fuera del área, y cuando la pelota parecía dirigirse al ángulo del arco de Unión, Moyano realizó una intervención crucial, desviándola hacia un tiro de esquina. Sin embargo, en la jugada siguiente, tuvo un pequeño error, y Newell’s estuvo cerca de marcar el primer gol en el Coloso, pero una imprecisa definición de Sforza mantuvo el empate sin goles.
Ya en el segundo tiempo, y ese primer cuarto de hora, fue una película de terror para Unión. Durante todo el partido, Unión había mantenido cierto orden defensivo, pero en materia ofensiva fue prácticamente inexistente. Desde mitad de la cancha en adelante, el aporte de jugadores como Luna Diale y Banega brilló por su ausencia. Además, Mosqueira no logró encontrar el equilibrio necesario en la mitad de la cancha. Con la pelota en los pies, Unión fue nulo, y cuando intentó ser salida desde la defensa, cometió errores garrafales. Afortunadamente, estos errores no tenían un costo elevado, gracias a la falta puntería de los delanteros de Newells, y las buenas atajadas de Moyano en la primera mitad. En ese sentido, el resultado parcial era lo mejor que le podía pasar al Tatengue. No es la primera vez que Unión tiene estos episodios de esta naturaleza. Sin embargo, como es común en el fútbol argentinos, los triunfos a menudo tienden a eclipsar los errores, y estos episodios no suelen recordarse con la misma intensidad. Pero es crucial tener en cuenta que, tarde o temprano, los errores se reflejan en los resultados.
Al igual que en el primer tiempo, Newells buscaba atacar constantemente, especialmente por los costados, centrándose principalmente en el flanco izquierdo defendido por Zenón. Lo tenía contra las cuerdas. Merodeaba el área hasta que la insistencia constante dio sus frutos a los 11 minutos del segundo tiempo, cuando Recalde anotó de cabeza a la salida de un tiro de esquina. Esto se debió en parte a la falta de marca de Paz sobre el paraguayo y a una respuesta insuficiente del arquero tatengue, quien, a pesar de haber tenido un buen desempeño en la primera mitad, no pudo evitar el gol.
La situación continuaba preocupante, ya que el equipo no lograba encontrar su ritmo, carecía de ideas y no podía tener un segundo la posesión de la pelota. Era superado en todos los aspectos y mostró una notable inestabilidad defensiva. Cada intento de salida por abajo resultaba en pérdida de balón, lo que permitía a los jugadores de Newell’s posicionarse en situaciones de gol. Además, el apoyo de la apasionada hinchada local, con más de 40.000 hinchas ejercía una presión extra sobre el equipo. Ante la falta de respuesta de sus jugadores, Kily González optó por hacer cambios, con la entrada de Nicolás Orsini por Dómina y Tanda por Banega. En el fútbol hay una coincidencia que en momentos y situaciones cruciales como las que atraviesa Unión en la Liga Profesional siempre es conveniente afrontarlos con jugadores de jerarquía y experiencia, ya que suelen marcar una clara diferencia por sobre aquellos que no la tienen.
Este Unión del Kily González demostró tener una gran capacidad de reacción y no bajar los brazos más allá de las adversidades y vicisitudes que puedan surgir en cada partido de la Copa de la Liga Profesional, y en las cuatro fechas demostró que a veces el corazón, la garra y el talento pueden suplir la sapiencia que da la experiencia. Cuando peor lo estaba pasando, llegó el gol del empate de Unión. Un lateral al punto penal ejecutado por Vera, Orsini trató de peinarla, el rechazo de un defensor de Newells y el derechazo (sí, leyeron bien, derechazo) al palo izquierdo de Hoyos. Premio para Unión y castigo para Newells
A pesar de tener un hombre de refresco en ataque, seguía sin tener un mayor impacto ofensivo. Orsini ya estaba en la cancha, pero no lograba generar una sola oportunidad de gol. De todos modos, se nota que es un jugador inteligente que lucha contra los centrales y aguanta la pelota de espaldas e intenta involucrarse en la gestación del juego. Heinze mandó toda la carne al asador buscando los tres puntos al sacar a un volante (Sordo) y agregó un punta más (May). Después de una pausa para refrescarse debido a las altas temperaturas (34°C), el ritmo del partido disminuyó, lo cual benefició a Unión que permitió liberarse del asedio que sufrió durante los minutos finales de la primera mitad y hasta el gol de Zenón a los 22′ del segundo tiempo. El Kily realizó un cambio mas: afuera Morales, adentro Del Blanco. Esto permitió que Luna Diale se adelante un poquito más arriba. Sobre el final, ingresó Pardo para ganar altura defensiva.
Pudo ganarlo Newell’s con un remate de media distancia de Iván Gómez que derivó en otra gran atajada de Moyano para desviar la pelota al córner. Empujó la Lepra y resistió el Tate para llevarse un punto de oro, a priori era un partido muy complicado y más por cómo se desarrolló el juego.
El punto cotiza en bolsa. En la conferencia de prensa, Kily reconoció que «el partido no salió como lo habíamos planeado». Cometió muchos errores al principio y concedió muchas faltas cerca del área del mendocino. Un hecho clave para destacar es que Unión había cerrado el primer semestre del año como uno de los equipos más sólidos. En los siete últimos partidos del torneo anterior, el equipo no había recibido goles de pelota parada, y gran parte de ese logro se atribuyó a la presencia de Yeison Gordillo en el sector central. No obstante, en los cuatro primeros partidos de la competición, a Unión le marcaron goles en todos los encuentros en los que disputó, encontrándose constantemente en desventaja.
El punto de esta tarde sólo servirá si Unión puede sumar los tres puntos en casa ante Godoy Cruz. Hasta el momento, ningún rival logró superar a Unión, pero en el último encuentro, Newell’s se mostró superior durante los 95 minutos de juego. No obstante, lo más destacado sigue siendo el resultado, y está claro que el equipo debe mejorar en varios aspectos, especialmente en el mediocampo hacia adelante. A pesar de las limitaciones a las que se enfrenta, Unión sigue compitiendo con determinación en cada partido.
Bajo la lupa
Si Unión se trajo un punto en el Parque de la Independencia, fue porque Moyano (8) se agigantó bajo los tres palos. El tapadón frente al potente remate de Aguirre fue la ocasión más clara del partido hasta ese momento, y mostró reflejos felinos al desviar el disparo de Martino que parecía dirigirse al ángulo. Sin embargo, ningún arquero está exento de errores, y el mendocino no fue la excepción. En el primer tiempo calculó mal una salida, pero el impreciso cabezazo de Sforza evitó que el error se convierta en el 1-0 de Newells. Tuvo algo de responsabilidad en el cabezazo de Recalde, ya que se le termina de escapar en las manos. Sobre el final, logró detener un sablazo de Iván Gómez.
Flojo partido de Vera (3) Durante la primera etapa, se encontró con el desafío de enfrentar al tándem Martino y Sordo, quienes lograron generar superioridad numérica en su sector. Fue el jugador que más duelos perdió en el partido. Además, no logró proyectarse en ataque, lo que es una parte importante del rol de los laterales derechos ofensivos. Sobre el final, volvió a salir debido a los calambres físicos que posee continuamente, debido al desgaste físico que hace. Desde su aterrizaje en el equipo de la mano del Gallego Méndez, Paz (6) se convirtió en un pilar fundamental en Unión. Ha demostrado una y otra vez que la confianza depositada en el entrenador fue bien justificada. No luce como un jugador deslumbrante. Hace un trabajo silencioso tremendo, y por eso se transformó en un eslabón importante en el esquema del Kily. A pesar de no tener una larga trayectoria en el equipo titular, juega con una madurez que hace parecer que tiene 200 partidos en sus espaldas. No dudó en reventar el balón cuando la situación lo pedía. Además, asumió la responsabilidad de cerrar las espaldas de su compañero Federico Vera, lo que es esencial en la labor defensiva. . Comenzó con muchas dudas el segundo tiempo, ya que, por momentos, quiso ser salida y tuvo muchos fallos. Perdió la marca de Recalde en el 1-0 de NOB.
Por su parte, Calderón (5) protagonizó un partido discreto, con algunos aciertos en los despejes y en otras acciones en las que dejó algunas dudas, más allá de eso no desentonó, dentro de un contexto adverso. Corvalán (5) fue de menor a mayor. En un par de acciones Aguirre se le filtró por sus espaldas. Sin embargo, a pesar de las circunstancias, y gracias a su experiencia habitual, logró encontrar su posición para llevar a cabo algunos despejes de manera efectiva. Desde que agarró la 10, Zenón (7) está mas suelto. Hoy sacó un derechazo para que a fin de cuentas, en un partido complejo, Unión termina rescatando un punto en una cancha difícil donde hace más de 21 años el Tate no logra llevarse los tres puntos a la capital de la provincia. Tendrá que justificarlo con una victoria de local el próximo partido para no sufrir en el torneo.
La mitad de la cancha es el corazón de un equipo. Es el área donde se toman decisiones cruciales, se distribuye el balón y se establece el ritmo del partido. Banega (4) y Mosqueira (4) tuvieron problemas para recuperar y generar juego. El primero de ellos realizó su debut con la camiseta rojiblanca, mas allá de que había obtenido minutos por Copa Santa Fe, experimentó dificultades para detectar los movimientos de los volantes leprosos. Tampoco demostró la versatilidad que se espera de un mediocampista, tanto en términos ofensivos como defensivos. Por otro lado, Mosqueira, a pesar de su incansable entrega, no pudo hacer valer su presencia en el sector central. En algunos momentos, perdió duelos en la marca, lo que comprometió la solidez defensiva del equipo. Con el ingreso de Tanda, pasó a jugar por la derecha.
Cada equipo tiene un jugador que es considerado como el «cerebro» del equipo. Ante la ausencia de Roldán, Unión no tuvo despliegue ni recuperación en la zona central. Por eso, Luna Diale (5) en la posición de volante por izquierda era el encargado de llevar la «batuta» y distribuir el balón. Es innegable que tiene un potencia para ser un jugador destacado, pero es muy irregular. Puede tener partidos sobresalientes, pero también partidos donde parece menos influyente. Para alcanzar su verdadero potencial, tendrá que trabajar en la consistencia. En la primera etapa no tuvo fluidez en la creación de juego. En el segundo tiempo, levantó un poco su nivel. Probó de media distancia y el balón se fue por arriba del travesaño. Luego, recuperó en la mitad de la cancha, condujo con pelota dominada y asistió a Zenón.
Estuvo activo en el ataque rojiblanco, pero luego no terminó de pesar en ataque. Dómina (4) había mostrado agresividad y velocidad al presionar a Velázquez desde atrás, buscando capitalizar algún error. Cuando el reloj marcaba la media hora de juego, tras un despeje errático de Ortíz, el chico de IPEI se encontró con una oportunidad clara frente al arco rival. Sin embargo, su disparo fue al primer palo y fue controlado por Lucas Hoyos. El aspecto negativo, es que le volvió a suceder lo mismo que en el último partido ante Newells, también disputado en el Parque de Independencia y es que le costó imponerse en el mano a mano. Fue anticipado en repetidas ocasiones ante la experiencia de los centrales.
Goles son amores reza un axioma futbolero. Con un inicio de la Copa de la Liga estupendo, el Toro Morales (4) había convertido cuatro goles en los primeros tres partidos, metiéndose rápidamente en el corazón del hincha tatengue. Sin embargo, nada dura para siempre y ante Newells, no pudo sostener la racha goleadora. Esta vez no contó con oportunidades claras y tampoco le llegó una pelota limpia para que conviertan. Además, tuvo dificultades para desmarcarse y aprovechar el espacio lo que limitó aún más su capacidad de influencia en el juego. Se fue reemplazado por Orsini en el segundo tiempo.
Los que ingresaron
El ingreso de Patricio Tanda (6) le dio un respiro a la mitad de la cancha en el peor momento de Unión. Equilibró el sector central, y además fue muy importante para defender las pelotas detenidas en contra. Se destacó por su precisión en la entrega de la pelota. La capacidad de un jugador para mantener la posesión y distribuir el balón de manera efectiva. Con la entrada suyo, lo liberó a Mosqueira pasando a jugar de volante interno por derecha. A pesar de tener un hombre de fresco en ataque, Unión careció de mayor impacto ofensivo. En los dos últimos partidos, a Orsini (4) le tocó ingresar desde el banco de los suplentes. No marcó la diferencia. Para destacar que es un jugador inteligente que lucha contra los defensores y retiene el balón de espaldas, aunque con eso no alcanza. Mateo del Blanco (-) jugó apenas 12 minutos. Se ubicó como segundo punta, pero en el momento que ingresó, le tocó retroceder para darle una mano a los volantes rojiblancos. Por último, Franco Pardo (-) hizo su debut con la camiseta rojiblanca. Entró para defender.
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