Luego del triunfo de Unión sobre Independiente Rivadavia de Mendoza, Cristian González, entrenador del Tate mostró su felicidad porque el equipo se reencuentre con los tres puntos. «Necesitábamos una victoria así», dijo.
«Estoy feliz por los jugadores, hoy tuvimos una actuación a nivel individual donde hemos mejorado. El equipo lo sintió. Me gustó cómo comenzamos el partido: buscarlos, estar altos, hacerlos jugar incómodos. En el entretiempo hablamos que habíamos hecho las cosas bien. Sufrimos en los primeros momentos pero después empezamos a tomar la iniciativa nuevamente, nos liberamos y nos soltamos por la pelota. Pasaba por atrevernos a jugar. El equipo estuvo a la altura, lo necesitábamos nosotros y la gente. Estoy feliz por eso», comenzó analizando el Kily González en conferencia de prensa.
Respecto a la banca de los jugadores para con él, indicó que «uno convive con ellos y nos entregamos el corazón. Es mutuo. Es un cariño particular el que hemos generado desde que llegamos. Hemos vivido momentos complicados en el semestre anterior que nos fortalecieron como grupo. Les agradecí no por el respaldo, porque sé que lo tengo desde siempre. Hemos hecho autocrítica, pero seguimos entrenando de la misma manera. Uno trata de plasmar la idea en la cancha. Ellos saben que yo estoy a morir con ellos, no solo en lo futbolístico, también en lo humano. Hay una unión fuerte entre nosotros y lucharemos contra todo. Más en las adversidades«.
Y rescató «el apoyo de la gente. Más allá de que en las malas hay que está, el respaldo siempre estuvo. El nivel individual de mis jugadores ha hecho que el equipo haya funcionado mejor de lo que lo veníamos haciendo. Hemos estado contundente en la definición y ha hecho que el equipo crezca. Ojalá sea un quiebre para el próximo partido y es a lo que vamos a apuntar».
Además, puntualizó en las virtudes que tuvo el equipo para poder reencontrarse con la victoria. «Hoy estuvimos más agresivos y finos a la hora de jugar desde los duelos y la intensidad para atacar. Tuvimos paciencia para manejar las jugadas para poder gestarlas mejor. Hicimos un gol de pelota parada que nos estaba costando. Ojalá que esto sirva para seguir confiando en lo que intentamos hacer. Necesitábamos una victoria así, ojalá sea un punto de inicio para poder seguir mejorando».
Finalmente, precisó cómo se vivió la semana luego de la mala presentación ante Platense. «Estuve enojado hasta conmigo mismo. Soy muy exigente conmigo y también trato de hacerles entender a los chicos de que hay que trabajar y hacer hincapié en los detalles. Este compromiso es muy fuerte. Es un cariño particular. Yo los quiero, me enojo y ellos lo saben. Soy muy exigente y lo asumen. Nos dijimos muchas cosas en la cara, necesitaba escucharlos. Había que asumir el reto de que teníamos que ganar en casa, no podemos padecer jugar de local. Veníamos para abajo y ahí estuvo el gran desafío de nosotros».
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