Huracán insistió de principio a fin, pero no pudo contra un noble equipo que llegó a la final de la Copa Argentina el jueves pasado, frente al mismo rival. El resultado fue 2 a 1, después de empezar en desventaja. El Globo quiere pelear por el título contra Vélez hasta el final, pero le cuesta conseguir victorias. No tiene gol, y Central Córdoba, el modesto equipo de De Felippe que venía de ganar siete partidos seguidos, le cerró todos los caminos.
El duelo fue bien cerrado desde el arranque, con los santiagueños picantes en la contra. Huracán trató de dominar la pelota, sabiendo que no podía dejar pasar la oportunidad, y obligó a Ingolotti a hacer algunas buenas intervenciones. Una de las polémicas fue un penal que Nazareno Arasa revisó con el VAR por mano, pero decidió no darle la pena máxima al Globo, que se calentó con el árbitro. Después, Wanchope Ábila tuvo una buena aproximación que no pudo convertir. El local buscó empujar, pero no mostró los argumentos de juego de la etapa de Kudelka. La primera parte se fue sin mucha acción en las áreas.
En la segunda etapa, Huracán movió el banco con Soñora y Walter Mazzantti, mientras que De Felippe cuidó a los amonestados. El partido se volvió muy discutido, sobre todo cuando el árbitro dejó pasar varias faltas y pareció muy duro con el local, sacando tarjetas a lo loco. La cosa estalló con la expulsión directa de Mazzantti por una plancha. Se escucharon insultos a la terna arbitral y hubo algunos incidentes entre la platea Miravé y los suplentes del Ferroviario, lo que requirió varios minutos para calmar la situación.
La visita dominó más y, con tranquilidad, llevó el partido a un ritmo lento. Rodrigo Cabral probó con una volea que Ingolotti sacó de manera impresionante. Un error del arquero en un saque permitió una jugada insólita en la que Cabral falló solo. El punto le cayó mejor al Ferroviario que a un Globo que no pudo nunca.
Unión cortó la racha en La Plata y volvió a zonas de Copas
En los primeros 45 minutos del partido entre Gimnasia y Unión, la diferencia se marcó por un gol, aunque el desempeño defensivo de Unión fue cuestionable. A pesar de haber iniciado con ventaja gracias a un gol temprano de Adrián Balboa, Unión mostró falencias defensivas y careció de eficacia en ataque. Gimnasia, aunque comenzó dormido, fue mejorando y logró empatar antes del descanso, beneficiándose de un penal tras una falta no sancionada previamente.
El juego fue dinámico, con ambos equipos creando oportunidades, pero Unión fue más predecible y dependió de pelotazos largos, mientras que Gimnasia buscaba una construcción más elaborada. El rendimiento individual de algunos jugadores, como Simón Rivero y Bruno Pittón, se destacó, aunque el equipo en su conjunto mostró inconsistencias. El segundo tiempo de Unión fue realmente preocupante, ya que sufrió una desconexión total entre su ataque y defensa. Gimnasia aprovechó esta debilidad, lanzando centros y remates a distancia, hasta que logró el 2-1 a través de un cabezazo de Castillo. La polémica se intensificó cuando el árbitro no sancionó una falta a favor de Unión.
A medida que el partido avanzaba, Unión mostró una ligera mejora, pero Gimnasia controló el juego y se benefició de la falta de ideas del Tate. El Kily González cambió a un 4-3-3 en un intento por revitalizar al equipo, lo que trajo cierto dinamismo. Francisco Gerometra, quien ingresó por Vargas, aportó un buen centro que Orsini desperdició. Luego, el Toro Morales intervino en la jugada del 2-2, empujando el balón tras un remate de Corvalán.
El partido se tornó electrizante, con Gimnasia intentando recuperar la ventaja, pero Unión resistió y finalmente logró el 3-2 en el último minuto, gracias a un remate de Mosqueira. Este triunfo fue crucial para romper una racha de tres derrotas consecutivas y mantener vivas las esperanzas de clasificación a la Copa Sudamericana. A pesar de finalizar el encuentro defendiendo en su área, Unión encontró el camino hacia la victoria, lo que resultó en una emotiva dedicatoria del Kily.
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