Thiago Cardozo (2): El zapatazo de Joaquín Mosqueira desde afuera del área termina de maquillar un montón de cosas. Una de ellas fue la actuación del exarquero de Peñarol de Montevideo. Es un arquero que está atado bajo los tres palos, no sale a cortar los centros. Cada vez que recibió la pelota para jugar con los pies fue muy impreciso. En un momento del partido, sobre todo promediando el segundo tiempo, quiso rechazar la pelota y no advirtió la presencia de Castillo, lo que casi termina en un 3-1. A los pocos minutos, con toda la cancha a su favor, intentó cambiar de frente y la mandó al lateral. Automáticamente, la televisión enfocó a Kily González, que no podía entender la situación. No tuvo reacción en el cabezazo de Rodrigo Castillo en el 2-1.
Lautaro Vargas (3): A diferencia de otros partidos, el ex lateral derecho de Defensa y Justicia no tuvo la libertad para pasar al ataque, ya que todos los avances de Unión fueron por el costado izquierdo, con las subidas de Bruno Pittón. Durante los 20-25 minutos, Gimnasia detectó ciertas fragilidades defensivas y Vargas fue muy disperso en la marca. En un par de ocasiones le volvió a pasar lo mismo: creyó que la pelota se había ido y no retrocedió. Gimnasia hace rato que merece el empate, pero ninguno define bien. Zalazar, desde afuera, la manda por encima; De Blasis patea al medio; Castillo también la eleva; y Castro le erra al arco directamente. Promediando el segundo tiempo, el Kily realizó los cambios.
Franco Pardo (7): Desde la época de Yeimar Gómez Andrade, no había observado un jugador tan determinante y regular como lo es Franco Pardo. Durante el partido ante Huracán, mencionamos que es uno de los mejores jugadores de Unión, destacándose por su regularidad y siendo figura del equipo en casi todos los partidos, además de ser una gratísima revelación en este 2024. Un estudio realizado por la Liga Profesional lo considera uno de los mejores «pasadores de pelota» del fútbol argentino. El primero en este ranking es Paulo Díaz, el defensor chileno de River, mientras que el ex All Boys se destaca con 775 pases y una efectividad del 79,6 %. Aunque se esperaría que estos números provengan de un volante creativo, Pardo juega como líbero, lo que magnifica su figura. El segundo en la lista es Santiago Sosa, de Racing, y el tercero es Kevin Álvarez, de Central Córdoba de Santiago del Estero. Siempre está bien ubicado y tuvo algunos cierres prometedores a espaldas de Lautaro Vargas en el primer tiempo. Quizás no estuvo del todo cómodo con Miguel Torren como acompañante, pero cuando el Kily González decidió cambiar el sistema táctico a un 4-3-3, todo mejoró. Los últimos 8 minutos fueron impecables. Seguramente esta noche se irá a dormir con chichones en la cabeza, porque fue una máquina de rechazar y de hacer bien los relevos. Le tocó marcar a un jugador muy complicado como Castillo y compartió responsabilidades con el ex capitán de Argentinos Juniors en el 2-1.
Miguel Torren (2): Venía de sumar minutos en la derrota ante Huracán, y hoy no tuvo un buen desempeño. Amplió el volumen con su brazo derecho, y Fernando Espinoza, a través de la tecnología, convalidó el penal. En el segundo gol de Rodrigo Castillo, fue a disputar la misma pelota que Franco Pardo, y el centrodelantero de Gimnasia de La Plata sorprendió a Thiago Cardozo, que no tuvo respuestas. Fue responsable de los dos goles del Lobo.
Claudio Corvalán (5): Fue clave en el segundo gol yendo a buscar el balón en ataque y rematando al arco. En defensa perdió algunos duelos, aunque tuvo amor propio para seguir empujando.
Bruno Pittón (6): De mayor a menor. Fue uno de los puntos altos que tuvo el elenco del Kily González en la agónica victoria que cortó la racha de tres derrotas consecutivas. Fue un pistón por la banda izquierda, haciendo lo que quiso. Se proyectó una y otra vez, y fabricó la jugada del primer gol con una buena maniobra individual, recortando hacia adentro. De esa falta vino el cabezazo de Adrián Balboa para el 1-0. Se desprendió con mucha facilidad. Pintado, que tenía la obligación de defender y al mismo tiempo la libertad para proyectarse en ataque, no logró encontrar la forma de detener los desbordes por ese sector.
Simón Rivero (7): Podrá tener partidos buenos o malos, todos los futbolistas han pasado por esa etapa de irregularidad, pero es el jugador más claro que ha tenido y tiene Unión de mitad de cancha hacia adelante. El fútbol pasa por sus pies. Participó en la primera jugada del partido, que finalizó con el cabezazo de Adrián Balboa, que se estrelló en el palo derecho de Ledesma. Fue el ex volante ofensivo de Boca quien le puso un centro casi perfecto al uruguayo tras una buena maniobra individual de Bruno Pittón. A los 20 minutos del primer tiempo, por primera vez se detectó que Unión no atacaba por los costados, sino por el medio; le puso una pelota filtrada al espacio, dejando mano a mano a Nicolás Orsini, quien intentó eludir a Ledesma, pero su disparo fue interceptado por el arquero del Lobo, mandando el balón a tiro de esquina. El Tate estaba bien parado. Se sentía cómodo Unión en ese pasaje del partido; insistimos en que, cada vez que se lo propone, genera ciertas inconvenientes al rival. Tuvo un disparo de zurda que pasó por el caño derecho de Ledesma. Sorpresivamente, el Kily lo sacó
Joaquín Mosqueira (7): Termina siendo el héroe de la noche platense. Al igual que su remate de media distancia en el Cilindro de Avellaneda, el zapatazo de afuera del área ante Barracas Central, o el derechazo bajo la lluvia torrencial en la última fecha de la Copa de la Liga ante Tigre, cada vez que pisa el área es para darle los tres puntos al Tate. Tuvo un primer tiempo muy complicado, ya que Gimnasia fue rápido en las transiciones. El equipo de Marcelo Méndez se movió con una rapidez notable, buscando aprovechar los huecos que dejaba el bloque defensivo del Tate. Le costó encontrar la posición a Pablo De Blasis, quien, a pesar de la derrota, fue el que le dio mayor fluidez y volumen de juego a la mitad de la cancha del Lobo.

Mauro Pittón (3): Pasó totalmente inadvertido por el costado izquierdo. Nunca estuvo cómodo en el partido. Se equivocó mucho con la pelota en los pies, estuvo impreciso y no pudo pesar en ataque.
Nicolás Orsini (6,5): Fue muy importante el trabajo que hizo sin la pelota. Siempre se movió de espaldas al arco y se desplazó del medio hacia el sector izquierdo. Tuvo un mano a mano tras un buen pase filtrado de Simón Rivero, pero no pudo eludir a Ledesma. En el segundo tiempo, realizó un llamado de atención con un cabezazo cerca del arco, tras un buen centro de Francisco Gerometta, y la pelota, increíblemente, no entró. En cada salida desde el fondo, el ex Boca hizo señas para que la pelota fuera a Adrián Balboa, buscando ir a la segunda jugada. Fue una apuesta clara: la exigencia física recaía en el ex Belgrano. Esto se cumplió al pie de la letra, pero, más allá de tener dos nueves en cancha, el equipo los asistió poco. Para jugar de esa forma, el abastecimiento hacia ellos es fundamental.
Adrián Balboa (6): Volvió al gol después de mucho tiempo. Fue a los 3 minutos del primer tiempo cuando el uruguayo se elevó en las alturas para el testazo al palo derecho de Ledesma. Al igual que su compañero de ataque, hizo un trabajo físico notable, aguantando algunas pelotas y descargando para la llegada de los volantes. Nuevamente, la polémica se instaló en La Plata. De una pelota boyando, fue a disputar el balón con Guillermo Morales, y cuando intentó puntear la pelota con la cabeza, el marcador central impactó de lleno en una parte de su cuerpo. Sin embargo, el árbitro, después de que le avisaran por el intercomunicador, comunicó que no hubo nada y dio tiro de esquina para Gimnasia. Fue lo último que hizo porque automáticamente el entrenador le dio lugar a Gonzalo Morales.
Los que ingresaron
Francisco Gerometta (6): Entró a los 17 minutos del segundo tiempo. Le tocó reemplazar a Lautaro Vargas por el costado derecho. Y en una de las primeras incursiones ofensivas, le puso un centro preciso a Nicolas Orsini, quien malogró una oportunidad clarísima. En defensa no pasó sobresaltos, ya que clausuró muy bien su sector
Lucas Gamba (6): Ingresó para posicionarse como wing izquierdo en el 4-3-3. Terminó participando en el 2-2 ya que tocó para Claudio Corvalán. El capitán remató al arco y el Toro Morales fue al piso con dos defensores y la terminó empujando para el merecido 2-2.
Enzo Roldán (4): Tuvo dificultades para adaptarse al ritmo del partido desde el inicio, lo que se tradujo en una mayor disposición por parte de él para retroceder y colaborar en la contención del juego, especialmente considerando que su equipo, el Tate, se encontraba alineado con tres delanteros en el campo, lo que generaba una mayor demanda en la defensa. A pesar de su esfuerzo defensivo, su participación en las jugadas ofensivas fue bastante limitada a lo largo del encuentro, lo que reflejó un papel más centrado en la recuperación del balón que en la creación de oportunidades de ataque.
Gonzalo Morales (7): El optimismo de siempre para ir a buscar la pelota y empujarla en la línea. Y en el tercer gol, hizo la pausa necesaria para controlar el balón y ceder a Mosqueira quien terminó rematando para darle el triunfo al Tate.
Jerónimo Dómina (7): Le dio vitalidad al ataque. Metió un freno dentro del área, hizo pasar de largo a un defensor y terminó rematando por arriba del travesaño. Y esta vez la moneda cayó para el lado de Unión quien en el sexto minuto de descuento marcó el tercer gol que le dio la victoria 3-2 para cortar una racha de tres caídas al hilo. Cuando Fernando Espinoza estaba por pitar el final, Unión cuidó la pelota en ataque con el Toro Morales quien hizo un rodeo y asistió a Mosqueira. El volante central no dudó, sacó un remate que se desvió en el chico de IPEI para descolocar a Ledesma y decretar el 3-2. Un triunfo agónico para el Tate y tan necesario para volver a sumar tres puntos y meterse nuevamente en zona de clasificación a la Copa Sudamericana.
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