Un par de semana atrás, Deportivo Madryn, elenco que milita en la Primera Nacional, sorprendió a los hinchas al desvincular a tres futbolistas en plena competición: Diego Diellos, Jorge Zules Caidedo y Matías Acuña. Lo noticia causó revuelo en la ciudad patagónica porque los dos primeros eran titulares indiscutidos en el equipo que comanda el ex Boca, Leandro Gracián, que ganó 7 de los últimos 11 partidos y que lucha por meterse en puestos de clasificación. ¿Qué hay detrás de esta salida intempestiva? Se sospecha que estuvieron involucrados en apuestas deportivas clandestinas.
La noticia desató especulaciones en la ciudad patagónica, y aunque el club emitió un escueto comunicado mencionando que la decisión fue consensuada entre la dirigencia, el cuerpo técnico y los jugadores, el silencio predominó después. Ricardo Sastre, presidente del club, comentó en redes sociales que la medida respondía a una estricta línea de «disciplina» innegociable en el profesionalismo.
Detrás de estas salidas intempestivas se sospecha la implicación de los futbolistas en apuestas deportivas clandestinas. Según informó Clarín, todo comenzó con una amenaza equivocada por una importante deuda que un financista reclamó a uno de los jugadores. Este, creyendo que se trataba de una broma, terminó por descubrir la verdad: uno de los futbolistas desvinculados se habría hecho pasar por otro, generando confusión y amenazas.
La situación se complicó cuando los jugadores intentaron cumplir con un acuerdo de apuestas relacionado con un número específico de córners en un partido contra Defensores Unidos. Al no lograrlo, las amenazas se intensificaron, desatando el escándalo. La dirigencia, alertada por la cantidad inusual de córners también en el partido contra Deportivo Morón, decidió rescindir los contratos.
Este caso se suma a un problema recurrente en el fútbol de ascenso: las apuestas clandestinas. En marzo de 2022, El Porvenir denunció a jugadores por arreglar el resultado de partidos, un hecho que llevó a la expulsión de ocho futbolistas y dejó en evidencia la gravedad del problema.
Las apuestas deportivas clandestinas operan en un circuito ilegal que mueve más dinero que el legal. Mientras las plataformas oficiales tienen herramientas de control y prevención, el circuito clandestino se aprovecha de la falta de regulación, afectando especialmente a los equipos de categorías bajas.
La dirigencia de Deportivo Madryn ha decidido no comentar más sobre el tema, asegurando que el caso está cerrado. Los jugadores, por su parte, han optado por el silencio, aunque algunos han reconocido el error internamente. La sombra de las apuestas clandestinas continúa siendo un flagelo que amenaza la integridad del fútbol.
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