El 25 de junio pasado el mundo Unión se vio sacudido por una inesperada noticia. Después de bailar y golear por 3 a 0 a Independiente el día anterior, Sebastián Méndez anunciaba que renunciaba a su cargo de DT Tatengue. El Gallego sacó el 53.33% de los puntos durante su estadía en Santa Fe.
Horas después se supo que semejante plantón en medio del río tenía que ver con un llamado de Vélez, club que lo vio nacer deportivamente, para que se haga cargo del equipo profesional. Su respuesta fue contundente: «Es mi casa y hoy me necesitan, no puedo decir que no».
Desde ese momento, el DT quedó catalogado como «un gran traidor» a la causa Tatengue, al punto tal que un grupo de hinchas identificados con Unión se acercaron al predio del Fortín para colgar carteles en su contra.
El tiempo pasó y el destino quiso que ayer, el Gallego enfrentara con sus muchachos al eterno rival del Tate. Y le ganó.
El triunfo 3-1 del conjunto de Liniers le sirvió primero al Fortín y luego a los de la Avenida, que no sólo debían ganar sino esperar «una mano de terceros» para mantenerse ayer mismo en Primera. También colaboró el Banfield de Falcioni superando a Gimnasia, pero eso es otra cuestión.
El Vélez de Méndez derrotó justamente a Colón 3 a 1, lo mandó a un desempate y colaboró con la salvación de Unión. ¿Se habrá saldado parte de la deuda?
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