«Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir… y más tarde, volver un 2 de agosto de 2018 de Brasil con el orgullo intacto, el pecho inflado y la bandera en alto».
Alguna vez este momento tenía que llegar y repetirse… Aquel día ante Rafaela en Rosario cuando te fuiste del Gigante, lloraste lágrimas densas en el hombro de tu viejo que te hizo de Colón, porque así se sufren esas crueles derrotas cuando el fútbol es mucho más que una simple pelota. Ese descenso también te enseñó que el amor por estos colores te corresponde para siempre, y que por ende, en las malas hay que estar más unidos que nunca porque es en el dolor donde se muestra toda la fidelidad a un gran amor. Aquel día, también supiste que ibas a volver a llorar por esta causa, pero que esas lágrimas compartidas con tantos como vos, serían, tarde o temprano, de felicidad.
El 2-8-18 fue uno de esos días. Seguro, nadie se perdió ese partido de fábula que les regaló su querido club en uno de los más sagrados templos del fútbol sudamericano. Una vez más los «Negros» se sentirán orgullosos de «pertenecer» y recordarán con nostalgia que para ello tuvieron que aguantar los trapos en impresentables partidos de ascenso con rivales de dudosa jerarquía y en precarios estadios, donde con tanta fe y pertenencia llegaron envueltos en la bandera grande. Esos son los que un 2A vivieron en carne propia lo que significa ganarle 1-o (Fritzler) al poderoso San Pablo de Brasil, en el patio de su casa.
2 de agosto de 2018. El día de la REAFIRMACIÓN DE LA LEYENDA SABALERA. Colón se convirtió en el primer equipo de la historia en ganarle al San Pablo en el majestuoso Morumbí. Entenderán aquellos apresurados e insensibles seres que descalifican semejante pasión… de qué se trata la felicidad cuando hablás de Colón? Sabrán como se construye el sueño del menesteroso pibe de barrio que con el orgullo por los deberes bien hechos, le muestra jactancioso a su familia que aquellos sueños, están para cumplirlos. Y así, aquella noche, miles de esos entusiastas soñadores fueron fieles testigos de otro momento histórico de su club, dentro de uno de los coliseos más grandes de América, donde acudieron vestidos de elegante rojo y negro, dispuesto a formar parte de uno de los más seductores banquetes que la vida le puede ofrecer a un humilde hincha de fútbol del proletario barrio Centenario de Santa Fe.
De ahí mismo, hace exactamente hoy dos años, se fueron pipones, llenos de esa gloria que no se borrará jamás. Sabiendo que mañana mismo dirán… como lo hizo tu abuelo o tu papá: “YO VI/ESTUVE CUANDO LE GANAMOS A SAN PABLO EN EL MORUMBÍ”
Colón, una pasión que nace, crece y se reproduce como la mismísima vida, al amparo de padres y madres que no solo engendraron un hijo para que sea la continuidad de su propia sangre y de sus apellidos. Ellos te tuvieron a vos para que el sentimiento, la pasión y hasta el orgullo por esos colores no se terminen nunca. Y enaltecer esa bandera es el mayor deseo de cualquier hincha que se precie de tal. Como ayer, como siempre. En la cruel y más dolorosa derrota en Córdoba o en Paraguay…. como en la resonante victoria, como ante El Santos de Pelé o esta que se dio en el afamado MORUMBÍ… donde once tipos en la cancha, más de cuatro mil almas en las gradas y una multitud frente al televisor, REAFIRAMARON UN 2 DE AGOSTO DE 2018, que LA LEYENDA CONTINÚA!!!
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Por Gustavo Mazzi
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