A Diego Osella siempre se lo recordará bien en el mundo Colón. Especialmente porque se hizo cargo del equipo en 2014, cuando un plantel plagado de juveniles peleaba partido tras partido con el descenso. Con un plantel corto e inexperto, salvo por Ezequiel Videla en el mediocampo y Germán Montoya en el arco, logró hacer una campaña de campeón, sin embargo, no pudo evitar el descenso.
Sin embargo, su segundo ciclo fue otra historia. Para muchos hinchas, Colón ya no estaba preparado para jugar defensivamente al «estilo Osella», pero en enero de 2020 el equipo comenzó la pretemporada bajo las órdenes del Loco. Diego Mario llegó tras la salida de Pablo Lavallén, quien sólo mantuvo su cargo en Colón porque el equipo seguía con vida en la Copa Sudamericana 2019, pero terminó perdiendo la final. En su breve segundo ciclo dirigió 7 partidos y no ganó ninguno. Solo rescató 2 puntos, producto de 2 empates y 5 derrotas, sobre 21 en jugo logrando una efectividad del 9,52%.
En relación a la situación que tuvo que enfrentar en 2014, explicó: «Para mí, esta será una situación similar a la que la gente de Colón está acostumbrada, entregando todo su apoyo y aliento. Veníamos de hacer un torneo muy bueno, aunque no nos alcanzó. Hubo momentos en el partido en los que estábamos al borde del descenso, en otros momentos nos estábamos salvando, y finalmente logramos una victoria agónica que nos permitió jugar un desempate. Creo que la gente en ese momento tenía mucha fe en el equipo. Sin embargo, Colón venía de un año complicado. La gente siempre nos respaldó, como lo hizo durante todo el torneo en el que nos sentíamos cómodos. No tengo dudas de que la gente saldrá a apoyarnos y entregará todo su apoyo. En su cancha, Colón se hace fuerte, y espero que, en beneficio de todos los que amamos esta institución, obtengamos un resultado positivo».
Reconoció que no fue una buena decisión tomar las riendas de Colón en 2020: «Cometí un error en 2020 al aceptar la oferta de Colón, y lo hice a tan solo tres semanas del comienzo. José me eligió en última instancia, no por convicción, sino por descarte. En mi primer paso como entrenador de Colón, tuve la oportunidad de contar con una pretemporada adecuada. José viajaba a Cuba y solo podía comunicarse conmigo por las noches. Después de un comienzo difícil en el partido contra Racing, el equipo empezó a encontrar su rumbo, y los jugadores jóvenes tuvieron un papel importante, lo que nos permitió realizar una gran campaña y, en tan solo cinco o seis meses, logramos devolver al club a la Primera División. Sin embargo, después vino la historia que todos conocemos».
«Colón tiene un presidente histórico. Cuando Colón salió campeón, José fue el artífice directo. Hay áreas en donde si Colón ataca tiene todo en un club de primer nivel. Los buenos resultados tienen a confundir. A mi me toca agarrar en un proceso en donde el equipo venía de jugar la final de la Copa Sudamericana y había pasado por un montón de cosas, ocultaron situaciones que había que resolver, como por ejemplo mirar las inferiores. Colón era uno de los planteles más ricos del fútbol argentino. Entonces había un montón de cosas que los resultados tapaban. Salieron a la vista cuando los resultados no se dio. Yo creo que una institución como Colón no tiene que llegar a situaciones límites»
En cuanto a la preparación de un partido de tanta magnitud como el que Colón deberá afrontar el próximo domingo contra Talleres, expresó: «Lo fundamental es hacer entender a los futbolistas que el partido se debe jugar el día que está programado. Jugarlo mentalmente antes puede generar un desgaste emocional significativo. Por supuesto, no pueden ignorar la magnitud de lo que van a vivir. A diferencia del plantel que tuve en el pasado, este grupo tiene una mayor experiencia. Contamos con jugadores como Paolo, Rafa, Ruben y Conti, quienes tratarán de manejar la situación de la mejor manera posible», finalizó.
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