Definitivamente, la nueva gestión de Independiente no comenzó con el pie derecho. Todavía no pudo encontrar un nuevo entrenador, no pudo encarrilar muchas de las deudas del club, que se esperaban más fáciles de negociar, y hasta parece tener demasiadas fugas en materia de comunicación. Todas estas cuestiones, sin embargo, representan fallos esperables o incluso admisibles en una nueva gestión, pero hay otras cosas que no se pueden pasar por alto.
A pocos meses de asumir como vicepresidente 2°, Juan Marconi tiene pensado renunciar a su cargo. La intención sería ayudar desde afuera, pero difiere con parte de la dirigencia en la visión y proyectos del club.
Jorge Damiani, dirigente que no tiene cargo oficial y que no fue votado por los socios, agredió físicamente por la espalda a Juan Marconi, vicepresidente del club. El altercado se produjo en una reunión de mesa chica en la que el primero nunca debió participar por no ser socio oficial del club y por un desacuerdo sobre cuestiones institucionales.
Damiani, apodado «Puma», es dueño de una cadena de kioscos y ya estuvo involucrado en administraciones anteriores. Estuvo presente durante el primer mandato de Hugo Moyano en el club y llevó adelante negociaciones por jugadores y entrenadores que no tuvieron un buen desempeño en la institución, como Claudio Riaño, José Valencia o incluso Mauricio Pellegrino, a quien intentó traer de vuelta al club en esta etapa.
Otra razón es que su ausencia del club por el Mundial de Qatar le hizo perder terreno en algunas de sus áreas. En teoría, presentarái la renuncia el lunes. La estrategia es ver si tiene más cabida en el proceso de toma de decisiones.
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