Pasaron tres décadas para que Racing, otra vez con Gustavo Costas al mando, llegue a una nueva final internacional. Y ningún hincha académico se lo quiere perder. Claro, la última había sido en la Supercopa del ’88, justo contra Cruzeiro, el rival que enfrentarán el 23 de noviembre. Apenas terminó el partido histórico, la CONMEBOL ya lanzó la venta de entradas, y según lo que dice la casa madre del fútbol sudamericano, los clubes finalistas se encargarán de los tickets para sus espacios.
Desde Conmebol confirmaron que las entradas ya están a la venta y hay tres categorías:
Categoría 1: de 130 a 200 dólares (disponible desde el viernes 1 de noviembre)
Categoría 2: 100 dólares (disponible desde el martes 29 de octubre)
Categoría 3: de 50 a 60 dólares (sólo para hinchas de los clubes finalistas
Racing volvió a la final de una Copa internacional tras 36 años
Con tanto dominio de los brasileros, Racing no se quedó atrás y se metió en la final de la Copa Sudamericana después de 37 años. La gente los recibió como nunca, y aunque el local salió con todo, la visita también mostró garra. Garro hizo un desborde y Yuri Alberto casi la emboca, pero García Basso la sacó justo a tiempo. Después, el equipo de Pelado Díaz no tardó en hacer de las suyas: una jugada entre el goleador y Memphis Depay terminó en gol al minuto seis. En vez de meterse atrás, el equipo brasileño apostó a la contra. Ex-Talleres tuvo un mano a mano, pero Arias se quedó con el duelo.
Maxi Salas generó un penal en un momento complicado tras una mano de José Martínez. El árbitro Felipe González no dudó y Juan Fernando Quintero empató con un bombazo al medio, a diez del final del primer tiempo. Impulsado por su gente, la Academia encontró el segundo con el colombiano, que aprovechó un cabezazo de Adrián Martínez para poner a los locales arriba. Casi sufren el empate con una pelota filtrada, pero Arias salvó de nuevo. En un primer tiempo eléctrico, Racing sacó una luz de ventaja.
En la segunda mitad, el juego se centró en el medio, donde Nardoni se lució ante Garro y Depay, que no lograban destacar. Ramón llenó la cancha de delanteros buscando empatar y avisó con Breno Bidón, que la tiró alta. Bruno Zuculini entró para darle más pelea al medio local, que batalló cada pelota. Al final, el técnico riojano sacó al neerlandés, que estuvo poco presente, buscando ese gol que estirara la noche. La Academia aguantó hasta el final, resistiendo los últimos embates del Timao, que fueron más que nada tiros al aire, y así selló su pase a la gran final en la Nueva Olla contra Cruzeiro el 23 de noviembre, buscando volver a gritar campeón internacional después de 36 años.
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