Por Darío Fiori
La metáfora de César Luis Menotti sobre el orden en el fútbol puede ser aplicada, en este caso, a la vida institucional de Unión después del partido ante Sarmiento, donde reinaba el desorden. En una institución deportiva, al igual que en cualquier otra organización, es fundamental mantener una estructura organizativa clara y coherente. Cada elemento y departamento debe estar ubicado en su lugar correspondiente, al igual que el inodoro en el baño y la heladera en la cocina.
Cuando hay desorden en la vida institucional de un club, surgen problemas y dificultades. Si los roles y las responsabilidades no están definidos adecuadamente, si hay falta de comunicación o si no se siguen los protocolos y procedimientos establecidos, se generar conflictos internos, ineficiencia y dificultades para progresar a futuro.
En el caso específico de Unión después del partido ante Sarmiento, reinaba el desorden. Porque no había una estructura y organización en la toma de decisiones en la gestión del club. La «heladera con el sillón y la cama en el baño» representaba una situación caótica y desordenada, donde los elementos esenciales no están en su lugar adecuado.
En este sentido, era importante que los dirigentes y responsables del club establezcan una estructura organizativa clara, definan roles y responsabilidades, promuevan la comunicación efectiva y sigan los procedimientos establecidos para asegurar un buen funcionamiento institucional.
Y eso fue lo que terminó ocurriendo. Se produjo la primera reunión entre el gobierno y la oposición, donde todas las partes coincidieron en que fue fructífera y ese fue el punto de inflexión. A partir de la llegada de Sebastián Méndez, Unión no podía reaccionar e incluso jugaba peor que en los últimos partidos bajo la conducción de Gustavo Munúa. Esa derrota ante Sarmiento lo puso contra las cuerdas y su futuro era incierto. Hasta se barajaban nombres de posibles reemplazantes.
No obstante, en el momento más crítico, Gallego Méndez tomó decisiones que le permitieron recomponerse y resucitar parcialmente al equipo. Decidió armar una línea de cinco defensores en busca de darle cierta solidez defensiva al equipo, donde aseguró que no estaban mal físicamente, si de la cabeza, y eso fue el puntapié para que Unión gane tres de los últimos cuarto partidos y abandone la última posición
Méndez confió en los jugadores más jóvenes en lugar de optar por los más experimentados, fue una decisión de suma complejidad y con una carga potencialmente perjudicial mayor que beneficiosa. Al dejar fuera de los 11 a futbolistas de gran experiencia, como Oscar Piris y Luciano Aued, quienes previamente habían mostrado un rendimiento deficiente, Méndez asumió el riesgo de sacrificar la trayectoria de algunos futbolistas, caso Thiago Vecino, que, si no resulta nada raro, dejará de ser jugador de Unión una vez que termine la Liga Profesional de Fútbol.
Es importante resaltar que esta elección fue todo menos sencilla. Méndez enfrentó un dilema complicado, ya que prescindir de jugadores consolidados y veteranos implica compactar la calidad y la estabilidad del equipo. Sin embargo, no le tembló el pulso y se atrevió a traspasar los límites convencionales y apostó por jóvenes talentosos con escasa experiencia en la Primera División.
En este sentido, se reconoce que la salida de Piris y Aued, a pesar de su declive futbolístico, se fundamentó en su bajo rendimiento reciente. La confianza depositada en los juveniles implicó un reconocimiento de su potencial y una apuesta hacia el futuro, aunque ello conllevaba un mayor riesgo en términos de resultados inmediatos.
En estos cuatro partidos, los cambios le dieron la derecha a Méndez. Acertó con el cambio de esquema táctico. Antes de enfrentar a Central Córdoba modificó el sistema jugando con tres marcadores centrales y dos carrileros, más libres en ataque.
Acertó con la inclusión de Kevin Zenón retrasándolo unos metros, posición que ya había sido utilizado cuando Juan Manuel Azconzábal era el técnico tatengue, y lo hizo mucho mejor que cuando estaba unos metros más adelantados. La posibilidad de defender con cinco jugadores hizo que el equipo mejorara defensivamente. Es más, en ambas victorias, el Tate mantuvo su arco invicto, algo que no sucedía desde el año 2018.
Por lo menos de quién les habla, el árbol nunca tiene que tapar el bosque. Es cierto que Unión logró sumar 10 puntos vitales y demostró carácter, personalidad en los últimos partidos con los aspectos actitudinales y los resultados matemáticos, lo cierto es que todavía falta. Aún no logró nada.
Unión dejó de mostrar la desidia y la ingenuidad que venía caracterizando su juego, y entendió la importancia de encarar los partidos con mayor compromiso. Esta actitud se reflejó en su victoria ante Gimnasia, donde el equipo tuvo que luchar y dejar de lado el juego vistoso para obtener el triunfo.
No hay que olvidarse de que el Tate es un equipo con limitaciones, y la mejora en su rendimiento futbolístico ha sido más modesta en comparación con la actitud y los resultados obtenidos. Aunque es positivo que el equipo esté superando retos y sumando victorias consecutivas, es importante reconocer que aún hay aspectos en los que se puede seguir mejorando.
Todas las críticas hacia ellos fueron válidas, porque no venían haciendo bien las cosas. Hay que insistir en el concepto: el paciente mejora lentamente, le falta mucho, pero si se despertó, abrió los ojos y ahora atina a hablar. Sin embargo, y antes de meternos rápidamente en lo que dejó el partido, lo positivo es el cambio de mentalidad que se reflejó en estas dos semanas y en la cirugía que aplicó Méndez para reanimarlo.
Después de atravesar una profunda crisis que parecía no tener fin, Unión logró resurgir con una serie de buenos resultados. Bajo la dirección de Sebastián Méndez, quién parecía luchar por encontrar la fórmula del éxito, el equipo mostro un nivel de juego mejorado y logró sumar puntos muy importantes.
El punto de inflexión, como indicó varias veces su técnico en reiteradas conferencias de prensa fue la derrota ante Sarmiento en el 15 de Abril. De ahí en más, comenzó una racha de buenos resultados que implicó una victoria ante Central Córdoba, seguida por un valioso triunfo frente a Huracán. Pero el punto de inflexión llegó el pasado domingo, cuando Unión sorprendió a todos al vencer a Gimnasia. Sin embargo, pudo hacer pata ancha en el Marcelo Bielsa donde rescató un punto. Históricamente es un recinto que no le viene dando demasiadas satisfacciones ya que no consigue los tres puntos desde hace más de 20 años.
Este renacimiento no ha sido solo obra del entrenador, sino que también contó con el incremento de nivel de varios jugadores. Uno de ellos se destaca por encima de todos: Imanol Machuca (7). No es novedad que todos los partidos demuestre que es el jugador más desequilibrante y determinante que tiene este equipo, no solo por la banda derecha, sino por la izquierda. Supo leer el juego. Encaró cuando sentía que podía ganar y liberando el balón cuando era necesario. Además, los respaldan las estadísticas ya que es el jugador que más gambetas completó en la Liga Profesional de Fútbol.
Estuvo cerca de convertirse en el héroe del equipo en varias ocasiones. En el primer tiempo, se encontró solo frente al arquero rival, pero lamentablemente no pudo aprovechar una oportunidad clarísima. A pesar de algunas falencias defensivas de Newell’s en las pelotas detenidas, el extremo demostró ser uno de los jugadores más interesantes del encuentro, animándose a probar al arco en varias ocasiones, aunque sin la precisión deseada. Además, contribuyó en la faceta defensiva al robar la pelota en su propio terreno y asistir a Vera, quien desafortunadamente elevó su disparo por encima del travesaño. En el complemento, lideró los avances del equipo, aunque no pudo capitalizar las oportunidades que se presentaron cuando los espacios comenzaron a abrirse.
Con este resurgimiento, Unión sumó 10 puntos de los últimos 12 posibles, tomando aire en la parte baja de la tabla y encendiendo la lucha por la permanencia. El equipo se encuentra determinado a dejar atrás las angustias y a aspirar a más en lo que resta de la temporada. El mensaje del técnico finalmente llegó y se tradujo en un notable desempeño en el campo de juego. Ahora, el desafío para Unión será mantener este nivel y continuar sumando puntos cruciales en su lucha por mantenerse en la categoría.
En conferencia de prensa lo elogió y el colombiano rindió. Yeison Gordillo (7) tuvo un gran desempeño en el partido, mostrando su calidad y jerarquía en el campo de juego. Aunque inicialmente le costó adaptarse al fútbol argentino después de su primera experiencia en San Lorenzo de Almagro, demostró una notable mejoría en su juego.
Durante los 90 minutos, Gordillo se destacó por su personalidad en el terreno de juego. Realizó cortes y empujó en el centro del campo, mostrando determinación y liderazgo en sus acciones. Su presencia en el medio campo fue importante para el equipo. Es el motor del equipo. Otra vez fue el jugador que más pelotas recuperó con 13.
Otro de los buenos rendimientos en la siesta de Rosario fue de Federico Vera (6). Rendimiento sólido para el ex defensor de Las Parejas. En el primer tiempo, se proyectó una sola vez por el costado derecho, generando una buena oportunidad de gol después de una jugada destacada de Machuca. Sin embargo, su remate se elevó por encima del travesaño. A medida que el partido avanzaba, Newell’s identificó su banda como un punto débil y comenzó a atacar por ese sector, aprovechando la movilidad de Sordo, el manejo de Ferreira y las subidas de Bruno Pitton por la izquierda.
En el complemento, mostró que es mucho más importante cuando el equipo tiene la pelota al proyectarse por derecha, efectuar un caño y enviar un centro desde la derecha, asistiendo a Zenón para que anotara el gol del empate. Esta acción demostró su capacidad para contribuir en el ataque y proporcionar asistencias clave. Sin embargo, fue reemplazado en los minutos finales, lo que sugiere que el entrenador buscó refrescar el equipo y realizar cambios tácticos.
Hasta ahí el podio tatengue. Ahora pasamos de mitad de cancha hacia atrás, donde durante la semana, se generó mucha atención en torno a Santiago Mele (4) en Unión. Esta atención se debió a diferentes factores: sus buenas actuaciones en las últimas victorias del equipo, su convocatoria para representar a Uruguay en los partidos de la Fecha FIFA y los rumores que lo vinculan con el club colombiano Junior de Barranquilla.
Es cierto que ha tenido destacadas actuaciones en los últimos encuentros, contribuyendo a sostener la valla invicta con atajadas fenomenales. Sin embargo, en el partido contra Newell’s en el Parque de la Independencia, se puede decir que tuvo responsabilidad en la apertura del marcador. Después de un remate de Ferreira, el arquero uruguayo dejó un rebote largo que fue aprovechado por Recalde para anotar en el área chica. Este error por parte de Mele resultó crucial en el desarrollo del partido y es necesario señalarlo como un aspecto negativo de su desempeño. En el segundo tiempo, no tuvo que intervenir, ya que el dueño de casa no efectuó un solo tiro al arco. Apenas un cabezazo de Ortíz que ganó de cabeza tras un tiro de esquina desde la derecha, el golpe de cabeza y el guardameta bien ubicado, contuvo sin problemas.
Nicolás Paz (4) tuvo un rendimiento flojo en el partido. Mostró una falta de precisión en la entrega del balón, lo que resultó en errores y pérdidas innecesarias. Además, cuando optó por el juego directo para buscar a los delanteros, no logró saltar líneas y conectar de manera efectiva. Su falta de precisión y toma de decisiones erráticas limitaron al juego interno y asociado del equipo. En el segundo tiempo, su intento de chocar directamente a Cristian Ferreyra no resultó efectivo y no logró neutralizar al jugador rival de manera efectiva.
Por otro lado, Franco Calderón (6) tuvo un desempeño correcto. Destacó por su dominio en el juego aéreo, ganando tanto por arriba como por abajo. Cortó avances prometedores y evitó que Recalde recibiera como último hombre. Bien en el posicionamiento defensivo. Sobre todo, en el segundo tiempo. Firme al rechazar con la cabeza, brindando solidez defensiva y ayudando a mantener el equilibrio del equipo. En el primer tiempo, bloqueó un remate del paraguayo Recalde que tenía destino de gol para mandarla al tiro de esquina.
Si bien había demostrado mejoras en estos últimos encuentros, en este encuentro, Claudio Corvalán (5) no logró hacerse fuerte en los duelos mano a mano. Sufrió con el desequilibrio de Brian Aguirre en los primeros minutos, lo cual le generó dificultades defensivas y dolores de cabeza. Sin embargo, en el segundo tiempo no tuvo mayores problemas y logró mantenerse firme.
En consecuencia, Unión aprovechaba cierta superioridad numérica por el costado izquierdo, con Kevin Zenón (6) y Domina, para generar peligro. Sin embargo, el correntino tuvo dificultades en la parte defensiva del juego, especialmente en los duelos uno contra uno y en su posicionamiento defensivo. A pesar de esto, en el complemento tuvo una destacada aparición al ingresar por el segundo palo y marcar el gol que significó el empate final.
Se lo vio apagado esta vez a Enzo Roldán (4). Tuvo un rendimiento decepcionante en el partido. Tanto en la faceta defensiva como en la generación de juego en la mitad de la cancha, no logró destacarse. Aunque participó en la jugada del empate del equipo, a través de una buena combinación colectiva, se esperaba mucho más de él en este tipo de encuentros. En el segundo tiempo, cuando parecía que comenzaba a encontrar cierto ritmo y aportar una pausa al juego a través de la posesión de balón, el entrenador decidió reemplazarlo. Esta decisión sugiere que el rendimiento del oriundo de Villa Mercedes no fue lo suficientemente satisfactorio como para mantenerlo en el campo.
Lo dicho ya de Gordillo -de muy buen partido- hay varias cuestiones que es para analizar en este presente de Unión. Y uno de ellos es Mauro Luna Diale (4). Es un jugador que va de un extremo a otro. Si bien ha mostrado momentos de crecimiento y contribuciones importantes al equipo en estos tres partidos, también tiene partidos donde no logra estar en sintonía con el juego ofensivo. En los encuentros contra Huracán y Gimnasia, demostró su capacidad goleadora al convertir y brindar asistencias clave para el equipo. Estas actuaciones fueron un reflejo positivo de su talento y aporte al ataque del equipo.
Se lo vio más involucrado en labores defensivas que en la generación de oportunidades de gol. Aunque es loable su compromiso en colaborar con el equipo y detener los avances del rival, lo cierto es que estuvo lejos de la zona ofensiva, donde se espera que un delantero tenga mayor influencia.
A pesar de venir de anotar su primer gol ante Gimnasia de la Plata y de generar expectativas positivas, Jerónimo Dómina (3) se vio completamente superado por los marcadores centrales de Newell’s, Velázquez y Ortiz. No logró encontrar la forma de liberarse de la marca y se vio frustrado en sus intentos de generar peligro en el área de Lucas Hoyos. Careció de la capacidad para adaptarse y encontrar soluciones efectivas frente a la fuerte marca que recibió. No fue capaz de generar desequilibrio ni de imponer su juego en el duelo individual contra los defensores de La Lepra.
Los que ingresaron
Bryan Castrillón (-): Ingresó como segunda punta con el objetivo de fortalecer la presencia ofensiva del equipo.
Joaquín Mosqueira (-): Fue incorporado al campo de juego con la intención de aportar frescura, dinamismo y más opciones de juego en esa zona.
Ezequiel Cañete (-): Recibió muy pocos minutos de juego en los últimos tres partidos, lo que sugiere que el entrenador, Sebastián Méndez, puede no considerarlo en óptimas condiciones físicas y futbolísticas.
Francisco Gerometta (-): Ingresó al partido con la tarea específica de defender las pelotas quietas en los momentos finales del encuentro.
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