Este partido de Carlos Alcaraz lo vimos un montón de veces durante los últimos 15 años, en esta misma instancia, en este mismo torneo, con otro español. Con 21 años, ya ganó US Open, Wimbledon y acaba de coronarse campeón en Roland Garros. Lo que tanto soñaba de niño se cumplió. Los sueños están para hacerse realidad. Venció a Alexander Zverev por 6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2. El más joven en lograr Roland Garros desde Rafael Nadal en 2007. El más joven en ganar 3 Grand Slam en 3 superficies: US Open 2022, Wimbledon 2023 y Roland Garros 2024. Está 14-4 en finales y en Grand Slam 3-0. ¿Más datos? Es el octavo hombre español en ganar Roland Garros en singles y 10º en total (2 mujeres).
Primer set
El partido no comenzó de la mejor manera para Zverev, quien cometió dos doble faltas consecutivas y rápidamente quedó en desventaja 0-30. Sin dudarlo, el alemán se dirigió rápidamente al banco y cambió su raqueta después de solo dos puntos. Con su nueva «arma», mejoró su saque, pero aún así no pudo evitar que Alcaraz, presionando desde el inicio, le quebrara el servicio, tomando una ventaja de 1-0. Los nervios también afectaron al español en su primer turno al saque. Un par de errores propios y algunos aciertos de su rival lo dejaron 15-40 abajo. Aunque logró salvar el primer punto de quiebre, un error no forzado le costó el quiebre, igualando el marcador 1-1.
Rápidamente, Zverev recuperó el quiebre perdido en el primer juego del set, gracias a un revés cruzado de Alcaraz que se fue afuera. El español no tuvo un buen game, cometiendo una doble falta, mostrando imprecisión en sus primeros servicios y fallando en un par de golpes. La tensión y los nervios estaban presentes en el primer descanso, pero Zverev logró recuperarse, preparándose para una lucha prolongada. Mantuvo su servicio y se adelantó 2-1 en el marcador. Alcaraz demostró su calidad con un gran saque cruzado y un drop por la misma vía, ganando confianza y variedad en su juego, igualando el marcador 2-2. El siguiente juego era crucial para el español, quien buscaba encaminar la primera manga. Confirmó el quiebre con un sólido juego de saque, consolidando su ventaja (4-2).
Zverev solía ser un manojo de nervios en la cancha, frecuentemente cometía muchos errores con su derecha. Mientras tanto, Alcaraz lucía más suelto y confiado, mostrando una amplia gama de variantes en su juego. Con sus tácticas bien ejecutadas, obligaba a Zverev a desplazarse constantemente, forzándolo a jugar más hacia adelante y poniéndolo bajo presión. Zverev continuaba sin poder cambiar el rumbo del partido, reflejando un desempeño similar al enfrentamiento previo contra Ruud. Su bajo porcentaje de primeros servicios persistía, al igual que los errores con su golpe más poderoso, la derecha, cuyos impactos carecían de la limpieza habitual. A pesar de los obstáculos, Zverev logró levantar dos oportunidades de quiebre. La primera ocurrió con un astuto drop de Alcaraz seguido por un hábil contradrop paralelo del alemán, seguido de un contundente smash. Luego, un saque abierto dejó sin chances al español. Sin embargo, Alcaraz salvó dos chances de quiebre con un revés que se fue afuera, manteniendo su servicio (3-4).
Alcaraz exhibía una destreza impresionante cada vez que optaba por acortar los puntos y avanzar hacia la red. Confiado, elegía sacar por el lado del revés y no titubeaba al desplazarse hacia la red para cerrar el punto con su potente derecha cruzada. Esta táctica agresiva no solo demostraba su habilidad técnica, sino también su determinación para tomar el control del juego y ejercer presión sobre sus oponentes. Alcaraz había acorralado a Zverev desde el fondo de la cancha, poniéndolo contra las cuerdas con su juego agresivo. Mientras el español dominaba con su potencia y precisión, Zverev intentaba mantenerse con pura consistencia. Sin embargo, la presión constante de Alcaraz lo obligaba a estar a la defensiva, sin encontrar la manera de cambiar el ritmo del partido (5-3)

El español no dudaba en aprovechar cualquier oportunidad para superar a su oponente en velocidad con su revés paralelo. Fue la primera vez en el partido que Alcaraz recibió el primer servicio estando detrás de la línea de base, una táctica empleada para contrarrestar la potencia del saque de 200 km/h de Zverev. Tras 42 minutos de intenso juego, Alcaraz se encontraba en una posición privilegiada para quedarse con el set después de un error de derecha por parte de Zverev. Flexionando las piernas y ejecutando un drive cruzado impecable, el español aseguró el set inicial de Roland Garros por 6-3. Las estadísticas del set marcó que sacó a un 62%, ganando el 77% (10 de 13), 50% con los segundos servicios. Tuvo 8 tiros ganadores y 10 errores no forzados. La diferencia la marcó en los quiebres. Quebró en tres de las cinco chances que se le presentó (60%)
Segundo set
De menor a mayor fue el nivel de Alcaraz. Había comenzado de manera similar al primero, con una exhibición impresionante de destreza por parte de Alcaraz. Desde el primer momento, salió a la cancha con una determinación palpable, desplegando una variedad de tiros que dejaban boquiabiertos a los espectadores: tiros cruzados, angulados, mostrando un dominio que rara vez se ha visto. Sin embargo, en medio de esta exhibición de habilidad, algunos errores no forzados, recordándonos que, después de todo, es humano, y algunos aciertos de Zverev, el «Principito» se encontró frente a su primera oportunidad de quiebre al comienzo del set. Sin embargo, con calma y maestría, logró desactivarla con un saque dirigido al cuerpo, dejando la devolución del alemán atrapada en la red. Después de varios puntos de igualdad, Zverev se encontró con su segunda oportunidad de quiebre. Al iniciar el punto, Alcaraz realizó una apertura sólida, pero Zverev respondió con una derecha inesperada, casi un globo, que pasó por encima de la cabeza de su oponente. Sin embargo, el español respondió con un gran primer servicio abierto, recuperando la ventaja. Justo cuando parecía que el momento estaba de su lado, Alcaraz falló en una volea en carrera desde la red, permitiendo a Zverev igualar el marcador nuevamente. Tras intensos intercambios que se prolongaron durante diez minutos, Alcaraz finalmente logró sostener su servicio en un juego crítico, manteniendo su servicio (1-0)
El campeón del Masters 1000 de Roma empezaba la calma mientras el partido avanza. Su rostro refleja y ansiedad mientras dirige su mirada hacia su banco en busca de algún gesto de apoyo. La presión del momento parece estar pesando sobre sus hombros, y su frustración se hace evidente en cada movimiento. Los errores no forzados se multiplican, y su juego comienza a desmoronarse ante la solidez de su rival. En ese instante, Zverev se da cuenta de que necesita encontrar una forma de recuperar la compostura si quiere tener alguna posibilidad de remontar el encuentro. Asimismo, sacó adelante un game complicado tras estar 40-15. Llegó a estar nuevamente en deuce, con posibilidades de afrontar un nuevo quiebre, pero administró su servicio (1-1) Alcaraz estaba empezando a flaquear, mandándose una seguidilla de errores no forzados. El chaval, como suelen decir en España, venía jugando un tenis impecable en los sets anteriores, parecía perderse un poco bajo la presión del momento. Pero aunque el Principito tropezaba, Zverev tampoco la tenía fácil con su saque. En el tercer game (1-2), se lo vio otra vez a Zverev discutiendo con su entrenador, Aleksandr Zvérev. La tensión en la cancha se sentía en el aire, y cada punto se volvía crucial en este partido tan peleado. En el quinto game (3-2) volvía a tener dos chances de quiebres, pero la sexta terminó siendo vencida. Carlitos enganchó la pelota como en varios pasajes del partido y decretó el quiebre de su rival

Confirmó el quiebre (4-2) con una solidez impecable, demostrando que el alemán está en plena forma en este segundo set. No titubeó ni un segundo, incluso cuando Alcaraz dirigió su juego hacia su revés, Zverev aguantó firme desde atrás y logró romper el servicio con determinación. Mostró una ajustada técnica, recordando su estilo característico de Hamburgo. A partir de ese momento, empezó a encontrar respuestas, jugando con mayor soltura y confianza en sí mismo. Alcaraz se encontraba en una situación cómoda en un 15-40, pero se topó con la precisión mortífera de la derecha de Zverev. Primero, una paralela impresionante después de cambiar el ritmo del juego, y luego, una derecha cruzada que superó a Alcaraz en velocidad. El español intentó un drop shot desde el fondo de la cancha, pero lamentablemente quedó en la red, otorgando así a Zverev su quinta oportunidad de quiebre en este set. Carlitos se arriesgó a tomar el control del partido con un smash de derecha, llevándolo al deuce. Sin embargo, Zverev continuaba castigando con su arma, profundizando sus golpes y siendo aún más incisivo. Una vez más, tenía una chance de quiebre, hasta que llegó la doble falta (5-2). Después del descanso, Alexander sacaría para nivelar set por lado, y con pelotas nuevas, se llevó el segundo set (6-2) con un juego de servicio muy convincente. Los números de este segundo set revelan una mejora notable en el servicio de Zverev, con un impresionante 83% de primeros saques, de los cuales ganó el 80%, perdiendo apenas 4 juegos. Además, no enfrentó ninguna oportunidad de quiebre en su contra y logró quebrar en dos de las siete ocasiones que tuvo. Su desempeño en la red fue igualmente contundente, con un impresionante 90% de efectividad, logrando 9 tiros ganadores y cometiendo apenas 4 errores no forzados.
Tercer set
El comienzo fue extremadamente parejo entre ambos, mostrando una determinación férrea donde ninguno estaba dispuesto a ceder terreno. Cada uno sostenía sus juegos de servicio con firmeza, sin dar margen para oportunidades de quiebre. Los intercambios de golpes eran escasos y breves, indicando la intensidad y el equilibrio que se vivía en la Philippe Chatrier. Tanto Zverev como Alcaraz estaban decididos a mantener el control y no permitir que el otro tome la delantera fácilmente. El punto de quiebre fue el consejo que le tiraron desde el banco, de parte de Juan Carlos Ferrero: «Si te calentás, no podés pensar». Zverev estaba más firme en la cancha, pero Alcaraz ponía todo su corazón en juego. Y eso, en las finales, siempre hace la diferencia. Después del grito que lo ayudó a descargar la bronca y mandar lejos las malas ondas, tuvo tres chances de quiebre en el sexto juego. Y las aprovechó de la mejor manera, porque el revés de Zverev no respondió como debía. Pagó caro el alemán por jugar con segundo servicio en un momento clave del set (4-2). La confirmación del quiebre llegó con un poquito de sufrimiento, enfrentando incluso tres chances de quiebre. Pero Carlitos resurgió. A pesar de cometer algunos errores, volvió a la carga con agresividad, adelantándose rápido y pegándole fuerte a la pelota (5-2). Con un saque bien abierto, aprovechando los espacios con su derecha y clavando un smash, dejando un drop que flotaba, y el revés de Sasha en la red, Zverev tenía que sostener su servicio si quería mantener alguna esperanza.
Con un ace magistral, Zverev mantuvo su servicio (3-5). Mientras tanto, con pelotas nuevas en juego, el español se encaminaba a sellar el tercer set y dar un paso gigante hacia su tercer Grand Slam, todo esto con apenas 20 años en el reloj. Sin embargo, el viento se convertía en un desafío adicional para Zverev a la hora de ejecutar sus tiros. A medida que el partido avanzaba, las ráfagas caprichosas complicaban sus movimientos y la trayectoria de la pelota, requiriendo una precisión milimétrica para evitar desvíos inesperados. Pero cuando el estadio empezó a vibrar por él, no defraudó. Zverev demostró toda su experiencia y quebró en el noveno game (4-5), con un revés cruzado que dejó a Alcaraz tirándose con su raqueta, sin poder alcanzarlo. Confirmó el quiebre (5-5) y todo indicaba que el desenlace se encaminaba hacia un tiebreak. Zverev mostró un gran juego de servicio, especialmente a partir del 2-5, jugando a un nivel mucho más alto. Había tenido numerosas oportunidades de quiebre y no desperdició ninguna al resto. Era cuestión de tiempo antes de que se produjera el quiebre. Por otro lado, Alcaraz necesitaba mejorar su juego considerablemente. Aunque tenía el tenis para hacerlo, la incapacidad para aprovechar las oportunidades y los errores no forzados, enganchando varias pelotas, lo desestabilizaron por completo. De repente, del 2-5 al 6-5 en un abrir y cerrar de ojos. Zverev comenzó a jugar con mayor profundidad y aseguró otro quiebre tras un revés corto de Alcaraz. De esta manera, se garantizó el tiebreak y después del descanso, sería el Principito quien sacaría para el set.

El 11º game inició con un saque abierto, seguido por una incursión a la red y una volea con sílice que aseguró el 15-0 para Zverev. Alcaraz parecía perder la cabeza por completo, cometiendo errores nuevamente con su revés y acumulando errores no forzados. Su mente seguía atascada en el marcador 5-2, pero mostró rapidez para abrir la cancha con velocidad en sus tiros, alcanzando el 15-30. Una buena aceleración con su derecha invertida lo llevó al 30 iguales. Con otro saque abierto, Zverev tuvo su primer set point para tomar la delantera en el partido después de casi 2 horas y 34 minutos de juego. Alcaraz mostró astucia al empezar a jugar con golpes profundos, lo que le permitió salvar el punto de set. Al igual que en el 5-2, Alcaraz volvió a generar una oportunidad de quiebre tras varios games. Una buena derecha paralela del español lo acercó al objetivo. Sin embargo, el servicio del alemán, en un momento crucial, no falló en absoluto. Cada vez que sacó abierto o hacia el centro, siempre encontró respuestas. El marcador volvió al deuce. Con algo de fortuna, ya que la pelota golpeó en la faja, Zverev tuvo su segundo punto de set. Cuando estaba por sacar, justo se pinchó la pelota, lo que obligó a pedir el cambio de bolas. Pero eso no disminuyó su determinación. La tercera oportunidad fue la vencida. Zverev levantó los puños, mordió una de sus cadenas de oro. Estaba liderando 2-1 en sets, y al igual que en 2020, estaba a un set de lograr su primer Grand Slam (6-2). Los números del tercer set marcaron que tuvo 5 aces, ninguna doble falta, 72% de primeros servicios, ganando el 78%, 14 tiros ganadores y 5 errores no forzados. Quebró en dos de las cinco ocasiones.
Cuarto set
Para volver a meterse en la pelea, Alcaraz tuvo que acomodar su juego para amoldarse a la situación y sacar el máximo provecho en los próximos sets. Primero y principal, mantener la calma y la cabeza fría en los momentos más picantes del partido era clave. La garra mental y la respuesta de Zverev en este set fueron para sacarse el sombrero. Aunque arrancó 2-5 abajo, metió un cambio de mentalidad impresionante, recuperó su juego justo a tiempo para que Alcaraz sirviera para el set y, de yapa, se quedó con el quiebre para nivelar la contienda. En el 2-4 y en el 3-5, Zverev tuvo chances de quebrar que no desperdició, llevándose todos esos juegos. Es normal que haya sentido nervios al servir 6-5 para llevarse el set, especialmente con su primer gran título tan cerca.
Para evitar que los nervios lo tengan de rehén, Alcaraz tenía que cambiar el ritmo del partido para descolocar a Zverev. Eso implicaba cambiar la velocidad, la dirección y la altura de sus tiros, además de usar con astucia drop shots y slices para desconcertar al alemán. Por otro lado, Zverev debía mantener la mente fría, sobre todo para no volver a sentir la presión del US Open 2020, donde los nervios lo jugaron una mala pasada. El tenis, en última instancia, es cuestión de adaptarse cuando los nervios están a flor de piel y aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan. Con un passing de derecha espectacular, Alcaraz logró un quiebre tempranero en el cuarto set (2-0) demostrando una vez más su capacidad para ajustarse y aprovechar las chances. Confirmó el quiebre con un juego de servicio impecable (3-0), poniendo a Zverev en un aprieto. Su nivel de juego era excepcional, con cada golpe saliendo exactamente como lo planeaba.
Alcaraz agarró vuelo y se sintió confiado. Le estaba pegando a la pelota con una velocidad que dejaba a su rival atrás. Cada golpe del español era como una estocada para Zverev. En el estadio, se notaba que Zverev estaba un poco lento en las piernas. Y la pregunta empezaba a rondar: ¿no estará siendo su propia cabeza su peor enemigo? En el 30-40, metió una doble falta que le dio a Carlitos una oportunidad de quiebre. Así como le ocurrió a Alcaraz en el 5-2 del tercer set, Zverev perdió la concentración. Se relajó. Al ver que su oponente ya no tenía la misma movilidad, el español captó la señal e intentó un drop shot que incluso el alemán no pudo alcanzar corriendo hacia adelante (3-0). Pero Zverev recuperó uno de los dos quiebres con un revés cruzado, mostrando su calidad en momentos clave. Sin embargo, tras el descanso, el alemán solicitó la asistencia del fisioterapeuta, indicando posibles problemas físicos (1-3). Había carga emocional en juego, y aquel que mantenga la calma y no se dejara llevar por la desesperación tendrá la ventaja. Zverev cayó en un período de frustración, lo cual Alcaraz supo aprovechar. Sin embargo, ahora Carlitos se encontraba lidiando con la ansiedad, agravada por una molestia muscular. Con dos errores de revés y uno de derecha, Alcaraz logró un quiebre (5-1) y estaba a un solo juego de llevar la final de Roland Garros a un quinto set. El español resistió la tormenta emocional que le propuso Zverev en el segundo y tercer set, y consiguió salir adelante en el cuarto set por 6-1, aunque no sin dificultades. Con el marcador igualado en dos sets, Roland Garros se encaminaba hacia un quinto set emocionante. Alcaraz aprovechó 3 de 5 oportunidades de quiebre para mantenerse en la pelea.

Quinto set
Una de las controversias del partido surgió cuando Alcaraz estaba 2-1 y 15-40. El español sirvió un saque al centro. En un principio, la pelota parecía fuera, pero el juez de línea determinó que había sido adentro. A pesar de la situación, Zverev no debía perder la calma. En el siguiente juego, desperdició la segunda oportunidad de quiebre con un revés que se fue largo. Luego, ambos jugadores igualaron con potentes derechas desde el fondo de la cancha, invirtiendo el juego. El rally se extendió a 16 golpes, siendo el mejor punto de la final. El Principito estuvo a punto de rematarlo con un smash, pero la incapacidad de Zverev para liquidarlo y la sólida defensa de Carlos provocaron que todo el público se pusiera de pie para aplaudir a estos dos fenómenos. A pesar de todo, Alexander volvió a tener una cuarta oportunidad de quiebre, pero seguía sin lograr capitalizarla. Alcaraz confirmó el quiebre (3-1).
Entre el cansancio y la frustración de no poder aprovechar las oportunidades, físicamente el teutón ya no podía más. En el 80% de sus partidos anteriores había llegado a un cuarto o quinto set, y ahora se notaba su desgaste. Esto quedó evidenciado en el momento en que le costó volear en el punto de 40-30 a su favor, cuando tenía toda la cancha abierta. Zverev miraba a Alcaraz con asombro, preguntándose de dónde sacaba tanta fuerza el español. Se repetían los drops, con revés paralelos del español, y nuevamente una oportunidad de quiebre para él. Pero Zverev se salvó por poco en ese momento crítico. Con su saque abierto, Alcaraz volvió a tener toda la cancha a su favor, optando esta vez por el revés cruzado, que estuvo a punto de entrar. El marcador quedó en un peligroso 40-40. ¡Menos mal que Zverev se salvó en ese momento! Con su saque abierto y toda la cancha a su favor, esta vez optó por el revés cruzado, y por poco no entró. El marcador quedó en un crítico 40-40. Zverev logró sacar un juego crucial, manteniendo su saque y evitando un quiebre. La diferencia entre los dos seguía siendo mínima, lo que añade aún más emoción al partido (2-3).
El tenis está lleno de momentos impredecibles, y la final no fue la excepción. Hasta que no se jugara la última pelota, nada estaba decidido. Durante todo el partido, Zverev tuvo 25 oportunidades de quiebre, pero solo logró capitalizar 6. En este quinto set, tuvo cuatro chances más de quiebre, pero con un saque y volea magistrales, Alcaraz demostró una vez más su sangre fría, neutralizando el peligro. Este juego mental, además de las habilidades técnicas, es lo que hace que el tenis sea un deporte tan fascinante y emocionante hasta el último momento. Otra polémica surgió en el 3-2 del quinto set, cuando Alexander acusó a Carlos de detener el punto antes de que el alemán impactara completamente con su revés, lo que culminó en un golpe a la red. Sin embargo, el español negó rotundamente cualquier tipo de acusación, y logró sacar adelante el juego, donde nuevamente salvó una oportunidad de quiebre (4-2). A veces se dice que la suerte acompaña al campeón, y Alcaraz la tuvo de su lado. En una volea de Zverev, golpeó un slice cruzado que rozó la cinta de la red y terminó entrando. Aunque pidió disculpas por la fortuna, Zverev no pudo hacer nada al respecto. En el séptimo game, Alcaraz logró un quiebre con una derecha paralela (5-2), dejándolo a un solo juego de conseguir su primer título aquí en Roland Garros. Y con la oportunidad de escribir su nombre en los libros de historia, Carlitos no desaprovechó su momento. En el primer punto de partido que tuvo, cerró todas las posibilidades para Zverev con un drive cruzado magistralmente ubicado, consolidando así su victoria y convirtiéndose en el nuevo monarca de Roland Garros.

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