Sebastián Báez jugó un gran partido contra Tsitsipas, pero perdió 7-5, 3-6 y 6-3 en el Masters 1000 de Madrid. El griego se enfrentará a Bernabé Zapata Miralles en la siguiente ronda.
La derrota es dolorosa, porque al primer set hay que dividirlo en dos partes. Hasta el 4-3, la principal arma de Tsitsipas fue su saque, muy potente y preciso, que le permitió ganar puntos rápidamente. Asimismo, supo variar la velocidad y la dirección de su saque para desestabilizar al argentino y mantenerlo a la defensiva.
En la parte de atrás de la pista, todos conocemos que el griego tiene un juego muy completo, con un gran repertorio de golpes. El drive es uno de los más temidos del circuito, con una gran potencia y efecto, y suele ser una de sus principales armas ofensivas. En lo que respecta al oriundo de San Martín, tomó la iniciativa en los puntos con su saque. Buscaba winners y presionaba constantemente a su rival. Variaba el ritmo del partido, ya que el griego es un jugador muy astuto y táctico. Subía a la red y le respondía con contraataques.
Baez tuvo que tener la mentalidad ganadora y creer en sus posibilidades. Se mostró inteligente y astuto. Estaba concentrado en todo momento y no perdía la confianza, aunque las cosas no fueran como él quería. No obstante, supo aprovechar la primera ruptura del partido. Ahí estuvo el punto de inflexión, porque tuvo set pont, cometió demasiados errores no forzados, y con poco, el griego recuperó rápidamente su juego de servicio. 5-4.
Ya en el undécimo juego del set, a Báez le faltó confianza y, por segunda vez en el partido, cedió su juego de servicio en un momento decisivo del partido. Gran presión del griego para atacar el revés del argentino para romper y adelantarse por 6-5.
Fue el factor mental el que terminó pesando sobre Sebastián Báez. Debía sacarse el chip de jugador challenger que quiere asegurar su futuro económico y convertirse en jugador ATP. Gracias a un ace, Tsitsipas ganó el primer set por 7-5 en 52 minutos.
En el segundo set, fue todo lo contrario. Sobre todo recuerdo una frase de uno de sus entrenadores, que le dijo «no te achiques, demuéstrale que estás ahí». Y a partir de ahí fue otro. Era muy agresivo, variaba el ritmo del partido, tenía una buena defensa, un saque sólido y una mentalidad ganadora. Fue clave para el argentino jugar a su mejor nivel y aprovechar las oportunidades de quiebre que tuvo en el partido, como en el 2-0 y la confirmación del mismo para tomar una ventaja de 3-3.
Mantuvo la concentración, la calma y la paciencia. Con una estrategia inteligente y un juego agresivo y consistente, Báez se mostró competitivo y esta vez no tuvo dificultades para cerrar el segundo set por 6-3.
El tercer set del partido estuvo muy igualado. Ambos jugadores mantuvieron sus respectivos saques hasta el octavo juego, cuando el argentino cometió una doble falta y el griego logró romper el servicio de Báez, tomando una ventaja de 5-3.
A partir de ese momento, Tsitsipas sacaba para el partido y la presión sobre el joven argentino era enorme. Sin embargo, Báez no se rindió y luchó cada punto con garra y determinación. A pesar de sus esfuerzos, Báez no pudo aguantar. Tuvo dos oportunidades de recuperar el break y Tsitsipas cerró finalmente el set y el partido con un marcador de 7-5, 3-6 6-3.
Este tercer set fue un gran ejemplo de la calidad y el nivel de ambos jugadores, que dieron lo mejor de sí mismos en cada punto. La determinación y capacidad de lucha de Báez, combinadas con la habilidad y experiencia de Tsitsipas, hicieron de éste un set emocionante y muy disputado.
En definitiva, este partido es una muestra más del gran talento y potencial de Sebastián Báez, que a pesar de la derrota dejó claro que tiene mucho que ofrecer en el mundo del tenis. Por otro lado, Tsitsipas volvió a demostrar por qué está considerado uno de los mejores tenistas del mundo en la actualidad.
Redescubrió buenas sensaciones. Buena versión del argentino, aunque desaprovechó una gran oportunidad en el primer set, cuando iba 5/3 y dispuso de un punto de set. La próxima semana restará los puntos de Estoril 2022 y bajará al número 39. Su objetivo será subir en el ranking para estar preclasificado para Roland Garros.
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