All Boys se aseguró un lugar en el reducido que da acceso a un segundo ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino. Ganó, gustó y goleó: fue 3-0 a Agropecuario. Los hinchas blanquinegros dejaron la garganta en la tribuna. Los aplausos resonaron desde la bandeja más alta hasta la platea baja, y terminaron en el campo de juego. Allí, en el verde césped, el Albo jugó un partidazo, con la seriedad que merece pelear por un puesto en el reducido. Mostró por qué está quinto en la zona «A». Hoy, el Albo jugó, goleó y gustó, una combinación poco común en momentos de tanto nerviosismo. Con goles de Calone, Passaglia y Gallo, coronó un rendimiento envidiable en un encuentro tan crucial.
Desde el pitazo inicial, el local estuvo al frente. Con una presión alta que ejecutó a la perfección durante todo el partido, generó un error de Villareal y encontró un regalo en el primer minuto. Con un pase atrás fallido, Thiago Calone puso el uno a cero. El segundo gol no tardó en llegar, aunque Agropecuario tuvo alguna que otra llegada clara. All Boys volvió a golpear, esta vez con un golazo de Juan Passaglia.
Ese gol merece un párrafo aparte, porque fue el sueño de cualquier pibe. La pelota cayó en la medialuna del área, y con un empeine tremendo, la clavó al lado del palo. Definitivamente, el partido se inclinó para el Albo, que atacó en todo momento con los diez jugadores de campo. La pelota pasaba por los pies de todos, y más allá de algún despeje, siempre se jugó por abajo, creando asociaciones eficientes en todo el ancho de la cancha.
En el segundo tiempo, hicieron lo más complicado: sostener el resultado. Y lo hicieron con tal soltura que fue un gusto verlo. Con la ventaja a su favor y sin dejar de atacar, el equipo de Mariano Campodónico enfrió el partido, tocando para allá y para acá. Se defendieron con la pelota, mientras los jugadores de Agropecuario, ya cansados por el esfuerzo de intentar revertir el resultado, corrían sin chances de recuperar la pelota. Y las pocas veces que lo hicieron, no lograron concretar.
Para coronar el partido, Agustín Gallo pescó un rebote de Germán Salort y estampó la goleada definitiva. Además del gol, el nueve que mide casi dos metros pivoteó, presionó, quitó y exigió a sus marcadores constantemente. Los aplausos volvieron a llenar el aire de Monte Castro, y no es para menos. El equipo ilusiona a sus hinchas, mostró corazón y mucho más juego.
La próxima fecha será casi anécdota para el All Boys y clave para Agropecuario. El blanquinegro buscará terminar lo más alto posible en su visita a Atlanta, mientras mira de reojo los resultados de la Zona «B», ya que hay chances de que se juegue el Superclásico del Ascenso si se dan algunos resultados. Por su parte, Agropecuario se jugará todo buscando un lugar en el reducido contra Tristán Suárez, equipo que deberá vencer y esperar otros resultados. Para que Agropecuario clasifique, Talleres de Remedios de Escalada –que se juega no caer en el repechaje por el ascenso– debe vencer a Ferro, y Racing de Córdoba debe perder ante San Martín de San Juan, que en principio no se juega nada porque ya tiene asegurada la segunda posición en la Zona «A».
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