Por los cuartos de final del US Open, el duelo entre rusos quedó en mano de Danil Medvedev, quien derrotó a Andrey Rublev, quien es el padrino de una de sus hijas por 6-4, 6-3 y 6-4 y se metió en semifinales. Allí esperaba por el ganador de Alcaraz o Alexander Zverev, que se disputaba en el court central y a la noche.
Una vez que finalizó el partido, Medvedev se quejó del intenso calor que azota a todo New York: «Fue brutal. Lo único bueno que veo en esta condición es que ambos sufrimos igual. Al final del primer set, ya no podía ver la pelota. Simplemente, jugué con sensación, intenté correr, intenté golpear la pelota. A veces hacía lo mismo», cerró
Por otra parte, Carlos Alcaraz demostró una vez más su capacidad para brillar en los momentos cruciales de los partidos importantes. En esta ocasión, logró una victoria impresionante sobre Alexander Zverev, con un marcador de 6-3, 6-2, 6-4, avanzando así a su cuarta semifinal de Grand Slam, siendo esta su segunda en el US Open. En las próximas semifinales, se enfrentará a un duro rival, Medvedev.
A pesar de la superioridad que mostró durante el partido, la clave estuvo en los detalles. Desde el primer set, Alcaraz se destacó por su tenacidad al levantar dos oportunidades de quiebre, siempre buscando aprovechar su potente derecha y encontrando oportunidades para variar el juego con drops y slices. En el juego de servicio del 4-3, Zverev desperdició una oportunidad crucial para darle un giro al partido. El alemán había tenido sus chances en el 3-3, pero Alcaraz no le permitió aprovecharlas. El primer set fue para Alcaraz en tan solo 48 minutos, gracias a un saque abierto y una devolución de Zverev que terminó en la red. En última instancia, la diferencia crucial fue el quiebre conseguido por Alcaraz, ya que Zverev había estado sirviendo bien y cometiendo pocos errores no forzados, pero esas dos oportunidades perdidas pesaron enormemente.
El segundo set comenzó con un quiebre temprano a favor de Alcaraz, demostrando su capacidad para mantener la presión sobre su oponente y seguir dominando el partido. En cuanto a Alexander Zverev, se observó una serie de errores no forzados en su juego, tanto en su golpe de derecha como en el revés. Parecía estar luchando con la precisión de sus tiros. Las bolas clave parecían estar bajo el control del jugador español, lo que le permitió consolidar su quiebre y tomar una ventaja de 3-1 en el marcador.
A pesar de mantener su servicio en el cuarto juego, Zverev aún se encontraba en desventaja con respecto al quiebre logrado por Alcaraz. Se hizo evidente que el alemán estaba optando por un enfoque de juego más centrado, raramente variando sus tiros y favoreciendo la derecha invertida del español. Sin embargo, uno de los momentos destacados de ese juego fue un impresionante passing cruzado que ejecutó de manera fenomenal.
En un momento del partido, Zverev experimentó un descenso en su rendimiento, mostrando una falta de velocidad y actitud en su juego. Al enfrentar el segundo servicio de Alcaraz, no pudo aplicar la presión necesaria y tuvo dificultades para neutralizar el saque de su oponente. Hubo un período en el partido en el que Alcaraz ganaba el 60% de los servicios, ganando el 83% de los puntos ganados con el primero. Estos factores contribuyeron a la ventaja de Alcaraz en el encuentro.
Javier Ferrero, el entrenador de Carlos Alcaraz, le transmitió un mensaje de valentía que resonó en el juego de su pupilo. Alcaraz respondió a estas palabras con dos impactantes latigazos de derecha que dejaron a todos impresionados. El joven tenista español demostró su determinación al tomar constantemente la iniciativa en el partido, ejerciendo presión sobre su oponente y dirigiéndose a la red cada vez que se le presentaba la oportunidad. Hubo muy pocas ocasiones en las que Zverev logró ejecutar su saque y golpe de derecha en el mismo punto.
Alcaraz logró otro quiebre en ese set y, tras el descanso, se encontró en posición de sacar para colocarse 2 sets a 0 a su favor. Durante el transcurso del segundo set, quedó en evidencia que el equipo de Zverev estaba teniendo dificultades para abordar la cuestión de su segundo servicio. Alcaraz continuó utilizando una estrategia efectiva: sacaba de forma abierta y luego enviaba devoluciones que forzaban a Zverev a cometer errores y quedarse corto, lo que resultaba en pelotas que caían en la red. En tan solo 43 minutos, Alcaraz se adjudicó el segundo set, gracias a su potente saque y a un golpe de derecha que desequilibró al alemán.
Después de la conclusión del segundo set, Alexander Zverev optó por dirigirse a los vestuarios y solicitó la asistencia del médico debido a una molestia en la ingle. Al regreso, la historia continuó a favor de Carlos Alcaraz. A pesar de los inconvenientes físicos que enfrentaba, Zverev buscó tomar la iniciativa en el partido. Tuvo una nueva oportunidad de quiebre, pero esta vez Alcaraz no le permitió aprovecharla, igualando el marcador en 1-1 en el tercer set.
Por primera vez en el partido, Zverev logró mantener un juego de servicio sin complicaciones y sostuvo su saque en cero, colocándose con una ventaja de 2-1 en el set. En los peloteos largos, Alcaraz marcó la diferencia, mostrando su capacidad para mantener la intensidad en sus golpes incluso cuando parecía que podría disminuir. Logró dar vuelta un 15-40 con posibilidad de quiebre a su favor, nivelando el marcador en 2-2 en el tercer set.
Desde el 3-3 del primer set, no se veía a Zverev en una posición tan competitiva en el partido, y la habilidad de Alcaraz para mantener la presión en los momentos cruciales seguía siendo un factor determinante en el desarrollo del encuentro. A pesar de los síntomas de molestia física, Zverev se mostraba decidido a seguir luchando y no ceder. Sin embargo, las oportunidades de quiebre estaban latentes, y aunque pudo equilibrar el partido en algunos momentos, le resultó difícil mantener su servicio, especialmente en los segundos saques, donde solo logró un 29% de efectividad en el tercer set.
Otra vez, el US Open le vuelve a ser esquivo al alemán. Desde que llegó a la final en 2020, llegó a las semifinales del 2021, cayendo ante Djokovic y el año pasado no pudo participar debido a la lesión ligamentaria en Roland Garros, cuando jugó con Nadal y se dobló el tobillo.
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