Con un gol de Bonifacio, el Tate venció al Gimnasia de Maradona por 1 a 0 y cosechó su tercera victoria consecutiva. Quedó a tiro de la zona de Copa Sudamericana.
Dos triunfos consecutivos, uno de ellos ni más ni menos que ante Colón, todo el plantel a disposición y dos semanas largas para continuar profundizando lo bueno que se exhibió en estos últimos compromisos: ese fue el favorable panorama con el que Unión arribó al Bosque platense. Y logró cristalizarlo en el campo de juego. A pesar de que por segmentos fue superado, se terminó llevando un triunfo que termina obteniendo gracias a la insistencia y al provecho que sacó de un equipo apático y herido por la situación que atraviesa.
La primera mitad se caracterizó por las transiciones rápidas en mitad de campo, un sector que ambos equipos lograban superar con facilidad. Ninguno de los dos equipos apostaba a juntar una buena cantidad de pases, más bien, optaron por el juego vertical. Fue Gimnasia quien se sintió más cómodo en los primeros minutos. Allí, tuvo tres ocasiones para abrir el marcador pero Moyano se lo prohibió a Tijanovich y Comba, primero con un cabezazo y luego con un remate desde el borde del área, le erró al rectángulo.
Solo en un puñado de minutos la disputa perdió el ritmo con el que había iniciado. Cuando este retornó, fue Unión el que encontró su hábitat. Sobre todo desde el minuto 37, instante en el que generó su primera situación clara cuando Martínez exigió a Arias. Luego, Mazzola convertía en posición adelantada. Esta ocasión entonó al Tate y volvió a inquietar con Bonifacio, que provocó un cruce providencial de Guiffrey para irse al descanso con mejores sensaciones.
Consciente de que la narrativa no sería la misma del primer tiempo, sobre todo porque era difícil que se mantenga el intenso ritmo, Unión cambió el libreto para el complemento. Comenzó cediendo la iniciativa y, por virtudes propias en defensa y las grandes falencias de Gimnasia a la hora de la gestación, no sufrió sobresaltos. Apenas un disparo de Tijanovich al que nuevamente Moyano le ganó el duelo.
Gimnasia comenzó a deambular por el campo de juego a partir de los 25. Signos claros de ello fueron la libertad con la que comenzó a desempeñarse Carabajal y la falta de criterio para ocupar espacios. Así, Unión ganó minutos en el reloj de posesión y empezó a lastimar. Bou efectuó un remate de volea que se fue alto y Bonifacio efectuaría un preludio de lo que se vendría minutos después con una llegada exigida que se fue ancha. El propio ex Lobo tendría revancha a doce del final y, esta vez, concretaría: tras un centro de Corvalán, conectó de aire y venció a Arias para poner el 1 a 0.
En el tiempo restante, Unión jugó con la desesperación de su rival que, si le costaba generar cuando el marcador no se había abierto, las dificultades fueron mayores tras el 0-1. Solo una definición poco ortodoxa de Tijanovich pudo cambiar el trámite final, algo que no terminó ocurriendo porque el Tate se llevó una nueva victoria. La tercera al hilo.
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