En el José Amalfitani, el Matador derrotó a Vélez por 2 a 1 y consiguió su tercera victoria al hilo. Quedó a cuatro unidades de Patronato, el último fuera de la zona de descenso.
Desde la llegada de Néstor Gorosito, en Victoria se respira otro aire. Pipo llegó con vientos de ánimo, de esperanza y de fe, que logró rápidamente transmitir al plantel de Tigre. Un Tigre que jugaba bien con Ledesma y Echeverría, pero sufría mucho en defensa. El entrenador acomodó las piezas en el fondo, mantuvo la contundencia en ataque y ahora sueña con la permanencia.
Hoy logró un gran triunfo ante Vélez, sin atenuantes. Luego de ser superado en la primera mitad, donde el Fortín se erigió como dominador del juego, se recuperó en el complemento de la mano de dos jugadores fundamentales para el Matador: Walter Montillo, el generador de juego, y Federico González, el artillero que se encuentra en un estado de forma fantástico.
Fue Luis Abram quien abrió el marcador para el local luego de un tiro de esquina. Marinelli no logró evitar la caída de su meta, algo que había logrado anteriormente luego de que Vélez genere una buena cantidad de situaciones de peligro. Hoyos también tuvo sus intervenciones.
Pero en el segundo tiempo, Tigre dio un viraje en su juego y se aprovechó de un Vélez que fue una sombra. Fue Federico González, la gran figura de la noche, quien le permitió al Matador llevarse los tres puntos. Empató a los cinco minutos concluyendo una gran jugada colectiva y sacó provecho de una débil reacción de Hoyos cuando restaban doce minutos para el cierre.
Con esta victoria, Tigre quedó a cuatro unidades de Patronato, el último equipo antes de la zona de descenso. Vélez, por su parte, se aleja de la zona de Copa Libertadores: quedó a seis unidades cuando restan doce en juego.
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