Juan Bianchi aún es un estudiante. Cursa comunicación social en la Universidad de Buenos Aires. La pandemia le ha impedido rendir finales, pero no ha podido evitar que su nombre se instale en los libros de récords del fútbol argentino: con apenas 25 años se convirtió en los últimos días en el presidente más joven de la historia de una institución afiliada a la AFA. Es el flamante titular de Flandria, una institución emblemática del ascenso que en este 2021 buscará su regreso a la Primera Nacional.
¿Qué siente al ser presidente de un club a tan corta edad?
– Primero, una alegría enorme. Más allá de la responsabilidad por mi edad, por el hecho de que Flandria es un club muy especial. Además de ser del ascenso, es un club de pueblo y desde chiquito me crié ahí. Estoy en club desde que tengo seis años. Jugué en escuelita, pasé por todas las divisiones inferiores y después estuve en una transmisión partidaria. Además trabajé en el departamento de prensa oficial del club. Siempre estuve ligado de alguna manera.
¿Cómo le llegó esta posibilidad siendo tan joven?
– Es un trabajo de varias años: vengo involucrado en la comisión directiva desde el año 2018 en todo lo que tiene que ver con inferiores. Fabián Poli anuncia en septiembre que no iba a seguir y el mismo grupo de trabajo me propone la idea. Al comienzo lo dudé por mi edad y porque mi vida es muy atareada, sobre todo por lo que conlleva ser presidente de un club de ascenso, pero con el correr de los días y el apoyo que me brindaban todos mis compañeros terminé de decidirme y tengo muchas ideas y proyectos a futuro.
¿Se puso a pensar cómo será negociar con jugadores que, en algunos casos, tienen 10 años más que usted?
– No. En esa parte estoy tranquilo porque está la subcomisión de fútbol profesional, con quienes tengo una muy buena relación. Sé que no es un trabajo fácil, pero lo vamos a hacer de la mejor manera, no tengo ninguna duda, no sólamente con los jugadores, sino también con los sponsors del club y demás menesteres. Sé que no es fácil porque quizás alguno va a prejuzgar por mi edad, pero creo que no es un impedimento y me siento capacitado y respaldado para desempáñeme en mi cargo de la mejor manera. Sé que es atípico, pero es así.
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Fuente: Doble amarilla
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