Más allá de haber comenzado abajo en el marcador, Boca logró imponerse ante River por 3 a 2 en un apasionante Superclásico disputado en Córdoba. El Xeneize se metió en semifinales de la Copa de la Liga.
Por primera vez en mucho tiempo, Boca Juniors superó a River Plate en prácticamente la totalidad de los aspectos del juego. Si bien el resultado no lo evidenció, porque la diferencia terminó siendo mínima, el Xeneize dominó el encuentro desde los 20 minutos del primer tiempo y maniató al Millonario, que se fue degradando con el correr del compromiso no solamente por la gran actuación de su rival si no también por los groseros errores de interpretación de su entrenador, Martín Demichelis, a contramano de lo sucedido en el banco de suplentes contrario, donde Diego Martínez ajustó a tiempo para que su equipo se quede con el Superclásico.
El único momento en que River estuvo en el partido fue el lapso inicial, donde encontró con libertad a Echeverri reiteradamente. Iban diez minutos cuando el Diablito capitalizó a la perfección un desacople defensivo del Xeneize, comandó correctamente para asistir a Borja que definió ante Romero para poner el 1-0.
Increíblemente, River cedió la iniciativa tras la apertura del marcador. Eso potenció a Boca, que también modificó el diagrama de sus mediocampistas y empezó a dominar. Sin generar situaciones claras, sus laterales eran los más incisivos en ofensiva. Todo indicaba que el Millonario se iba al descanso en ventaja, pero en tiempo de descuento Advíncula ganó la cuerda, centró atrás para Merentiel que definió para igualar la contienda.
En el comienzo del complemento no ocurría nada, cuando luego de una jugada a balón parado se produjo la gran polémica de la tarde en el Mario Alberto Kempes. Tras una carambola entre Pol Fernández y Lema, Romero terminó rechazando el balón al filo de la línea final. Se sancionó el gol en principio pero el VAR corrigió y el duelo continuó igualado.
La parda se quebró pasada la hora de juego, cuando Kevin Zenón dejó en ridículo un inconcebible rechazo de Herrera y en dos maniobras asistió a Cavani que, libre debajo del arco, definió de cabeza y puso el 2-1.
Tan solo cinco minutos después, Boca capitalizó el caos en el que había ingresado River más allá de que restaba mucho partido aún y, de contragolpe, extendió la diferencia otra vez mediante Merentiel.
Con la diferencia de dos goles, River intentó con inercia más que con juego, el cual terminó de perder con la inentendible salida de Echeverri. En el último suspiro, Paulo Díaz, jugado en ataque, decoró el marcador: fue 3-2 para el Xeneize en una victoria que no fue una más. Ni para los de Núñez ni para los de La Boca.
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