Este martes, Millonarios y Xeneizes iniciarán su respectiva serie de semifinales de Copa Libertadores. La ida será en el Monumental y la definición en La Bombonera.
Esta última década está siendo signada por los constantes enfrentamientos entre River y Boca. Pero la clave de esto reside que no solamente se han visto las caras en el torneo doméstico, algo a lo que acostumbran año tras año, si no también en certámenes internacionales e incluso en instancias decisivas. En la década anterior solamente habían protagonizado dos series de altas magnitudes. En la actual, mañana iniciará la quinta.
Porque desde el 2014 hasta el momento, se han visto las caras en semifinales de Copa Sudamericana, octavos de final de Copa Libertadores, final de Supercopa Argentina y la histórica e inolvidable definición de la Libertadores anterior en Madrid. Teniendo en cuenta estos frescos antecedentes, River va por la ratificación de lo hecho mientras que Boca buscará cortar con la mala racha. Ambos cuentan con la oportunidad de dar el primer paso este martes, cuando se vean las caras en el Monumental.
Si se tiene en cuenta la última final en Madrid, se verán dos equipos distintos. En River no hubo grandes modificaciones en cuanto a los nombres. Sí en relación al funcionamiento. La posición de Enzo Pérez como mediocampista central ha variado notablemente el estilo del equipo. El mendocino, complementado con Palacios y Fernández, ha otorgado una claridad al juego provocando que se vea un River más vistoso. Aunque, a pesar de la narrativa ofensiva que propone, las falencias del equipo aparecen en ataque en materia de eficacia.
Boca ha experimentado un viraje importante. No solamente se ha ido más de la mitad del equipo que estuvo desde el inicio en Madrid, si no también que se ha modificado el entrenador. Y, con ello, la ideología del equipo. El Xeneize pasó de tener como conductor a un Guillermo Barros Schelotto que privilegiaba el juego ofensivo para contar con un Gustavo Alfaro cuyo presupuesto principal es el cero en su meta. El Lechuga está convencido de sus formas y no está dispuesto a ceder buscando que el Azul y Oro vuelva a levantar una Copa Libertadores que se le viene negando hace doce años.
No hay que descartar sorpresas en los equipos. Las principales dudas de Gallardo radican en el acompañante de Martínez Quarta en la zaga central, luego de que Pinola no retorne de la mejor manera tras su lesión y de la buena aparición de Paulo Díaz, y del cuarto mediocampista, posición que podría ocupar Nicolás De La Cruz, quien ya recibió el alta médica, Jorge Carrascal, de buen partido en La Plata el pasado fin de semana, o incluso variar el esquema introduciendo cinco defensores.
En Boca, las incógnitas pasan por las presencias de Eduardo Salvio y Ramón Ábila. El mediocampista sufrió una molestia en lugar en donde se había desgarrado últimamente y será esperado hasta último momento. En tanto que Wanchope retornó a los campos de juego el pasado fin de semana, disputando 45 minutos ante Newells. Si Alfaro los ve en forma y condiciones para estar desde el inicio, no escatimará en ponerlos.
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