Pelé sigue batallando por su vida, pero en las últimas horas se conoció un dato que nadie sabía: tenía la enfermedad COVID-19, ronquidos en los pulmones y una frecuencia cardíaca por debajo de lo normal antes de ser hospitalizado. Todo esto, más un caso de anasarca (hinchazón generalizada), hizo que el Rey del Fútbol, de 82 años, fuera trasladado de urgencia al Hospital Albert Einstein, en el sur de Sao Paulo, el pasado martes por la noche.
Hasta entonces, estaba recibiendo tratamiento para el cáncer, ya metastásico, en su casa de Guarujá, en el litoral de Sao Paulo -la enfermedad fue diagnosticada oficialmente en el colon (intestino) en septiembre de 2021 y posteriormente, en enero de este año, alcanzó otros órganos, como el hígado y el pulmón-.
En los detalles de los días previos a la hospitalización que pudo conocer ESPN, los ronquidos en los pulmones ya eran un síntoma de lo que se confirmó en los exámenes realizados el miércoles en el Einstein: Pelé tiene bronconeumonía, que es una inflamación de las estructuras pulmonares como los bronquios y los alvéolos. Está siendo tratado con antibióticos.
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