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En el marco de la Fecha 19 de la Liga Profesional de Fútbol, Newell’s empató 1-1 contra Sarmiento de Junín en el Parque de la Independencia, donde los goles fueron anotados por Iván Morales para la visita y por Mateo Miljevic, una de las revelaciones del equipo rosarino. Como era de esperarse, Newell’s asumió la iniciativa desde el comienzo, dado que jugaba de local y tenía la obligación de ganar frente a un conjunto juninense que se encuentra entre los peores de la liga. A lo largo del partido, el equipo rojinegro mostró una actitud constante, pero le faltó la aptitud necesaria para penetrar la defensa rival.
Sarmiento, que contaba únicamente con el centrodelantero Iván Morales en ataque, evidenció una vez más que la zaga rojinegra no brinda la confiabilidad que se espera, ya que Velázquez cometió un error al no cerrar correctamente al inicio de un ataque de la visita, lo que permitió que Salcedo perdiera de vista a Morales, quien definió con un toque sutil por encima de Macagno, sorprendiendo así al público en el Coloso. Sin embargo, el gol de Morales sacudió a Newell’s, y Silvetti reaccionó rápidamente para devolver la tranquilidad al equipo, ya que, fuera del área, el delantero trasladó el balón de izquierda hacia el medio, pateó y lo colocó en el ángulo, logrando un golazo que dio un vuelco absoluto al desarrollo del partido a favor del local.
A partir de ese momento, la Lepra comenzó a jugar con mayor frecuencia cerca del área de Sarmiento, con Vangioni proyectándose sin que Gho lo siguiera, mientras que Miljevic se convirtió en el eje de la ofensiva. Juanchón García, por su parte, pivoteaba y pasaba de primera a sus compañeros que llegaban de frente. Entre ellos, se generó una jugada clara de gol, pero el nueve cabeceó sin dirección desde una posición favorable, lo que dejó escapar una buena oportunidad.
Sin embargo, en la segunda etapa, el asedio de Newell’s comenzó a decaer, lo que llevó al equipo a perder juego y a experimentar un declive general en su rendimiento. Fernández Cedrés dejó de ser una influencia en el ataque, mientras que Tomás Pérez continuó sin participar en la circulación del balón, y tanto Schott como Vangioni apenas se proyectaron al ataque. A Miljevic le costó más que en el primer tiempo hacer la gambeta, y el ingreso de Jaime por Cardozo no le aportó al equipo las variantes necesarias en la creación, resultando que las pocas oportunidades que llegaban a Juanchón García no podían ser sostenidas por él.
La involución del juego revitalizó a Sarmiento, que logró controlar el balón durante más tiempo, mientras que Newell’s no conseguía recuperar la posesión. Cuando lo lograban, cada avance se tornaba previsible y fácil de contener para el equipo juninense. Ante esta situación, se hacía imprescindible una reacción por parte de Newell’s y la búsqueda de otra opción en el banco, dado que algunos jugadores ya no estaban respondiendo. Lunari optó por mantener la misma estrategia hasta que, en el último cuarto de hora, decidió realizar cambios, introduciendo a Chiaverano y Juárez por Silvetti y Juanchón García.
Newell’s comenzó a jugar con tres en el ataque: Chiaverano, Juárez y Jaime, todos con características ofensivas, pero sin que eso mejorara el rendimiento del equipo. Tampoco ejercieron una presión alta, ya que solo comenzaron a hacerlo a partir de la mitad de la cancha. En las últimas jugadas, Gudiño tuvo una oportunidad clara para Sarmiento, mientras que Chiaverano ejecutó un tiro libre que se fue rasante, dejando como saldo un empate deslucido y un punto que resulta muy poco para Newell’s.
Instituto y Central se hicieron un nudo y empataron 0 a 0
En el Monumental de Alta Córdoba, Instituto y Central se hicieron un nudo y terminaron 0-0 en el arranque del sábado. Al principio, Central mostró algunas dudas, pero después se hizo más dueño del partido. La idea era clara: generar más situaciones de gol que juego, y las primeras jugadas de peligro llegaron con la pelota al pie. Por la derecha, con Coronel y Malcorra, empezaron a abrir huecos, metiendo un par de escalones a espaldas de Bay.
Campaz estuvo a punto de abrir el marcador. Tras una buena jugada entre Coronel y él, llegó al fondo y le hizo un centro bajo que encontró a Campaz en el segundo palo, pero al colombiano le quedó un poco complicado. Dos minutos después, Malcorra se hizo el lío, giró hacia un lado y en el centro apareció Marco Ruben, que cabeceó, pero le salió muy exigido.
Ahí estaba la movida de Central: aceleraciones y juego por la derecha. Pero eso no duró mucho y comenzaron a abusar de los pelotazos frontales, donde Copetti y Ruben se peleaban la pelota. Malcorra quedó bastante solo por la derecha, y Campaz hizo lo mismo por el otro costado. Central mostró un poco más que Instituto, y las pocas que tuvo fueron de pelota parada: primero un cabezazo de Quintana y después uno de Mallo (Sández no llegó a empujarla en el segundo palo).
Pero ahí se frenó todo. A Central le alcanzó con controlar la falta de ideas de Instituto, pero no fue suficiente. Casi todas las salidas largas se volvían predecibles, sin juego y sin peso. Lequi metió a Duarte por Campaz para intentar darle un poco más de profundidad al equipo, pero nada. Central seguía sin generar fútbol ni situaciones de gol. Ese letargo hizo que Instituto, con poco, se viera más agresivo y saliera rápido. En una de esas, a los 3 minutos, Fatu Broun le tapó un remate a Suárez.
No fue escarmiento para un Central que siguió sin reaccionar. Y así, todo se redujo a un par de pelotas paradas, como la de Mallo que cabeceó y Nacho Russo sacó sobre la línea. Central trataba de responder, pero los problemas eran evidentes: Malcorra ya no pesaba, Copetti corría de un lado a otro y Ruben estaba solo arriba.
Matías Lequi buscó aire con el ingreso de Gaspar Duarte por Jaminton Campaz, pero no pasó nada. Lo que se hizo fue un partido de ida y vuelta, con muchos retrocesos y resoluciones bastante malas de ambos lados. Instituto tuvo un par para pegarle, como cuando Franco desairó a Sández y le dio de aire, pero el remate se fue alto. Central, que nunca se rindió, tuvo una en los pies de Solari, un centro que fue para Duarte y Ruben (que no llegaron a impactar) y dio en el palo, con el rebote cayendo en las manos de Roffo. Y no mucho más en un partido chato, de bajo vuelo, donde Central fue de mayor a menor y se tuvo que conformar con un puntito.
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