En enero del año pasado, Kevin Lomónaco fue sentenciado a un año sin poder jugar por la Justicia de Brasil, después de que se descubriera que había intercambiado mensajes con un tipo que le ofrecía 70.000 reales (unos 14.000 dólares) para que se hiciera amonestar en la primera mitad de un partido. Las autoridades le pusieron una sanción de 380 días y además tiene que pagar una multa de 25.000 reales (alrededor de 5.000 dólares), según informó el sitio Lance.
Los chats de WhatsApp, que fueron incautados por la Justicia, son de octubre de 2022 y muestran la conversación entre Lomónaco y un apostador llamado Luis Felipe Rodrigues de Castro. En esos mensajes, el futbolista argentino fue tentado con 70.000 reales a cambio de recibir una tarjeta amarilla en el primer tiempo de un partido de su equipo, el América de Minas Gerais. En ese encuentro, no solo Lomónaco recibió la amonestación, sino que otros cinco compañeros también fueron amonestados en la primera mitad (y ninguno en la segunda). Bragantino terminó perdiendo 4-1 en casa.
En la charla, el apostador le ofreció a Lomónaco 30.000 reales (unos 6.000 dólares) por adelantado y prometió pagarle los 40.000 reales restantes (unos 8.000 dólares) después de que cumpliera con su parte. Sin embargo, al final no le pagó todo, alegando que el defensor del Santos, Eduardo Bauermann, había fallado en otra apuesta que le costó millones, dejándolo sin plata para saldar sus deudas.
Kevin Lómonaco habló de su sanción por apuestas deportivas: «Me dejó una enseñanza de vida»
«Me dejó una enseñanza en todo, en la vida más que nada. Nunca hice algo ilegal. Tampoco sabía que no se podía hacer. No le pregunté nada a nadie. Fue un error. Estaba en otro mundo en Brasil. Me metí y después pasó uno o dos años hasta que caí. Fue un momento duro que me tocó pasar. Eso me hizo mucho más fuerte. Hoy en día me siento más seguro en todo lo que hago, que sé que todo lo tengo que conversar con alguien», declaró el surgido en Lanús, autor de dos goles desde su llegada al Rojo, en una entrevista con Espn.
Y agregó: «Uno nunca sabe dónde se mete. Aprendí mucho de eso y cambió todo en mi vida. Estoy muy agradecido a Independiente y a Tigre porque no es nada fácil llevar a una persona después de eso. Trato de responder en el día a día y rendir al máximo cuando me toca jugar. La gente jode y yo lo tomo con gracia, hasta los mismos compañeros. No es que me enoja. Tampoco me hago el boludo, yo también soy jodón. Es bueno que el grupo te vea así».
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