El normal desarrollo de la Serie A italiana está actualmente en vilo, después de que la emergencia por el coronavirus, provocase 233 muertos y más de 5.000 contagiados en Italia, e iniciara unas duras polémicas entre la Federación de fútbol italiana (FIGC), la Liga del torneo y el ministro del deporte, Vincenzo Spadafora.
Tras una semana marcada por la vertical subida de contagios, el Gobierno italiano aprobó este sábado un decreto que prohíbe la entrada y salida de la región Lombardía, la más afectada por el virus, y otras 14 provincias cercanas, y que, por otro lado, concede el derecho a los deportistas profesionales de ejercer su profesión.
Dicha puntualización permitirá al Atalanta, club con sede en Lombardía, viajar este lunes a Valencia para enfrentarse al equipo de Albert Celades en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, aunque la decisión final sobre su efectivo acceso tocará a las autoridades españolas, según pudo saber EFE.
Sin embargo, escasas horas después de que el primer ministro, Giuseppe Conte, oficializara el nuevo decreto, el ministro del deporte Spadafora pidió a la Federación de Fútbol italiana (FIGC) barajar la «interrupción inmediata» de la Serie A, siguiendo la línea promovida por el presidente de la Asociación de Futbolistas italiana (AIC), Damiano Tommasi.
«Comparto las declaraciones de Tommasi y me sumo a su petición. En este momento no tiene sentido, considerado que pedimos a nuestros ciudadanos enormes sacrificios para evitar el contagio, poner en peligro la salud de los jugadores, de los árbitros, de los técnicos», escribió Spadafora en un mensaje en su cuenta oficial de «Facebook».
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