Este martes, la Comisión Directiva de Boca comandada por Juan Román Riquelme presentó su balance ante Asamblea de Representantes, donde se detalló que el club registró un superávit de 22 millones de dólares y un notable aumento patrimonial del 16,44%, lo que refleja la buena gestión económica que se está llevando a cabo, aunque no se traduce en el ámbito futbolístico, donde el equipo está lejos de los puestos de vanguardia y no disputó la Copa Libertadores de América. Además, se informó que se llevaron a cabo 21 obras en la Bombonera, todas ellas parte del proyecto de modernización del estadio, y que también se realizaron 17 trabajos en el complejo deportivo de Ezeiza, lo que demuestra el compromiso del club con la infraestructura.
El balance fue aprobado por la mayoría de los socios, aunque hubo un grupo minoritario de 53 socios que votó en contra durante la Asamblea realizada en La Bombonera, lo que indica que no todos están de acuerdo con las decisiones que se están tomando. Durante la exposición, se conoció que, gracias a la venta del mediocampista Ezequiel Fernández al Al-Qadisiyah F. C. de Arabia Saudita, el club recibió 22,6 millones de dólares correspondientes a la cláusula de rescisión del contrato que abonó el club árabe, lo que se suma a los ingresos por transferencias en un año donde se han realizado varios movimientos importantes.
En relación al pase del defensor Aaron Anselmino al Chelsea, se supo que si el club inglés decide venderlo en el futuro por más de 25 millones de dólares, Boca se quedará con un 5% de esa transferencia, y si la cifra supera los 50 millones, el “Xeneize” se embolsará el 10%, lo que refleja el interés que genera el jugador en el mercado europeo. Boca vendió a Anselmino por 17 millones, y el Chelsea optó por dejarlo en Boca seis meses más, por lo que en junio deberá viajar a Inglaterra para incorporarse al equipo británico.
Por último, los dirigentes del “Xeneize” informaron a la Asamblea de Representantes que durante la temporada 2023/2024 se firmaron contratos con 11 jugadores juveniles de la cantera, además de tener a 32 futbolistas a préstamo en otros clubes, como Norberto Briasco, que está en Gimnasia; el venezolano Jan Hurtado, que se encuentra en el Goianense de Brasil; el paraguayo Bruno Valdez, que está en Cerro Porteño; y el colombiano Jorman Campuzano, que juega en Atlético Nacional de Medellín, lo que demuestra el fuerte trabajo que se está realizando en el desarrollo de jóvenes talentos.
Patricia Bullrich sancionó a los barrabravas que estuvieron involucrados en los incidentes frente a Gimnasia por Copa Argentina
A través de la Resolución 1140-2024, que salió publicada en el Boletín Oficial, el Ministerio de Seguridad le metió una “Restricción de Concurrencia Administrativa” por dos años a ciertas barras de Boca Juniors que se vieron involucrados en los desmanes en el estadio de Newell’s, en Rosario, durante el partido de Copa Argentina entre Gimnasia y Boca el 23 de octubre.
Desde que los equipos pisaron la cancha, empezaron los quilombos entre las hinchadas: los de Gimnasia en la cabecera visitante y los de Boca en la platea este alta. La cosa se puso fea cuando algunos que se decían hinchas de Boca empezaron a tirar butacas hacia la popular donde estaban los de Gimnasia. La Policía de Rosario tuvo que entrar en acción, tirando gases lacrimógenos y balas de goma para poner un poco de orden.
Mientras tanto, los jugadores de ambos equipos se acercaron a la platea para pedirles a los policías que pararan con los tiros. Después, los xeneizes también le pidieron a la gente de La 12 que se quedara tranquila, tratando de evitar que cruzaran al sector donde estaba el lío. Hasta Juan Román Riquelme, el presidente de Boca, intentó calmar a los hinchas para que no siguieran con la pelea. Lo mismo hicieron Marcelo Delgado, Mauricio Serna y Raúl Cascini.
La intervención del Consejo de Fútbol fue clave para que no se armara un incidente aún mayor. Cuando la barra de Boca vio a Riquelme con Mauricio Serna, Raúl Cascini y Marcelo Delgado en el medio del tumulto, empezaron a retroceder un poco. Pero ya había pasado algo: los de La 12 habían dejado su lugar en la popular y forzado un portón para meterse en la platea, queriendo copar todo. Los de Gimnasia, que fueron los primeros en recibir, también se metieron en un lugar prohibido y terminaron comiendo la represión de la policía.
Así que los del Lobo quisieron romper un acceso en respuesta, pero un cordón policial empezó a tirar, lo que hizo que los jugadores de ambos equipos saltaran al frente a reclamar por lo que estaba pasando. Los de Gimnasia empezaron a repartir botellas de agua, mientras que Marcos Rojo y Luis Advíncula se agarraron del alambrado intentando frenar a la barra de Boca para que no tumbaran el portón y se metieran en el lío. Pero no hubo caso. Después de casi 25 minutos, el ídolo presidente logró abrirse camino entre la gente y volvió a su palco. Y la verdad, todo siguió como si nada. Fue, una vez más, el clásico “Todo Pasa” y el “show debe continuar”.
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