Se llama Rodrigo Castillo y tiene una historia muy particular en el fútbol. Es de Venado Tuerto y fue descubierto por el padre de Nacho Scocco, que un día lo vio jugar y después lo llamó para que se vaya a probar a River. Y ahí quedó.
Ahora tiene la chance de jugar en Unión ya que de acuerdo a los trascendidos, la entidad santafesina compraría una parte del pase del atacante que se autodefine así: «Soy un 9 que se tira atrás porque me gusta jugar y estar siempre en contacto con la pelota. También pivoteo y no tengo problemas en tirarme a los costados. Soy de hacer goles. Me considero un buen definidor. Y por mi altura tengo buen juego aéreo».
Impacta también la altura: mide 1,90 y se destacó hace a mediados de año en un clásico de cuarta división luego de marcar un gol contra Boca tras meter un taco en al área rival.
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